Crónicas de un periodista… Doña Cuca Inzunza de López, la gran dama de Guasave.

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Por: Agustín Torres Sotomayor

En 1973 estudiaba en la secundaria ESFI de Guasave, Sinaloa.

Estaba en tercer grado y además de ser monaguillo, también estuve en el coro de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Guasave donde mi abuelo materno Pablo Sotomayor había sido director del coro años atrás. 

A mis 14 años, pedí al padre Salas que me impartiera clases de pintura. Así fue como llegué a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Él era sacerdote en esa iglesia.

Ante mi pobreza, el padre Salas me facilitó el lienzo de manta blanca, los pinceles y las pinturas. Primero me enseñó a ‘fondear’ los colores oscuros. Al término de la clase me iba al salón donde se reunían las damas católicas. Un día invite a mi tía Maura Sierra Ayala, ‘la Ita’. Ella estaba en el tercer año ‘B’, yo orgullosamente acudía al tercer año ‘A’ de la ESFI. Éramos de la misma edad, nuestras familias eran oriundas de Chinobampo municipio de El Fuerte.

Siendo adolescentes, terminamos por integrarnos al grupo de aquellas damas guasavenses integrado por; la señora ‘cuca’ Inzunza de López; la señora ‘poly‘ de Fonseca; Carmelita Martínez Gasca; doña Esperanza de Borquez, esposa de ‘nacho’ Borquez; doña ‘panchita’ Chavira; ‘marillita’ Acosta; doña Teresita; y otras muy respetables y queridas damas del Guasave de la década de los 70’s.

Las damas católicas de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Guasave tenían como párroco al padre Francisco Ayala.

Así fue como conocí a doña ‘cuca’ Inzunza de López. Por sus acciones caritativas con la gente pobre fue como aprendí a conocerla y a quererla.

Doña ‘cuca’ Inzunza y su esposo Alejandro López, ‘jando barullos’ tuvieron cuatro hijos y solo una mujer; Silvia.

Los varones fueron Oscar, Fausto y René López Inzunza.

En su juventud, Silvia López Inzunza fue la mujer más hermosa de todo el estado de Sinaloa. Un 06 de enero, aquella muchacha tan hermosa contrajo matrimonio con el joven Roque Chávez Castro, hijo de doña Sofía Castro y del ciudadano libanés Salvador Chávez. De esa unión nacieron Silvia Miriam, Roque de Jesús, Carlos, Julissa y Alex Chávez López.

Ese año de 1973, cuando venía de la secundaria llegaba a casa de doña ‘cuca’ Inzunza. La casa estaba ubicada frente a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Guasave, Sinaloa.

Con doña ‘cuca’ vivía su nieta Silvia Miriam Chávez y Baltazar Mascareño, su esposo. Algunas veces me quedaba a comer a petición de doña ‘cuca’.  Siempre me tocó comer acompañado por la Silvia ‘mirita’, que era la mayor de los hijos de Silvia Miriam, la ‘silvita’ tenía cinco años, Roque Baltazar, ‘el pitcher’ que tenía 3 años y la beba más hermosa, la Karen Chávez Mascareño que apenas empezaba a caminar.

Los bisnietos Mascareño Chávez le alegraban la vida a doña ‘cuca’ y a don ‘jando barullos’ y se la complicaban porque los tres eran muy traviesos. Yo terminaba de comer y terminaba limpiando el desorden que dejaba Karen, que hacia una revolución en la mesa.

Don Alejandro López, casi nunca comía en casa, siempre andaba en las tierras. En aquella época los agro titanes de Guasave eran don Alejandro López, Ramiro Castro, don ‘nacho’ Borquez y los Menchaca.

Creo que fue en 1974 cuando doña ‘cuca’ me pidió que estuviera en el aniversario de bodas de ella y don Alejandro. La fiesta fue para todo el pueblo de Guasave.

Adentro del caserón de los López Inzunza convivían los amigos y la familia. Afuera en la calle había dos ‘trailers’, uno lleno de cerveza y el otro lleno de ollas con barbacoa, frijoles puercos y sopa para todos, pero todos los guasavenses.

La fiesta era para todo el pueblo, había más de dos mil personas festejando. Recuerdo que había tres bandas sinaloenses: ‘Los Tamazulas’ de Guasave, ‘Los Cervantes’ de Sinaloa de Leyva y la banda ‘Santa Rosa’ de Guamúchil.

Algunas veces mientras yo jugaba con ‘el pitcher’, ‘Silviamirita’ y la Karen, que apenas quería empezar a caminar, llegaba gente muy humilde buscando a doña ‘cuca’ López de Inzunza.

Ella salía los atendía y les daba generosamente una ayuda económica. Aprendí a amarla porque ella me enseñó el valor de la caridad.

Este miércoles 21 de julio, doña ‘cuca’ Inzunza y don Alejandro López, ‘jando barullos’ deben estar felices, porque su única hija mujer, doña Silvia López Inzunza de Chávez se reunió con ellos y con don Roque Chávez Castro en el cielo.

Hoy la casona de doña ‘cuca’ Inzunza y de don Alejandro López ya no existe. La casona que fue construida en el siglo XIX fue destruida para dar paso a un Oxxo. Mal asunto.

En 1988 siendo yo director de Acción Social del Ayuntamiento de El Fuerte, Roque Chávez López, ‘roquito’, me invitó a la posada de la radio, de Promomedios Mochis.

Ahí estuvo don Roque Chávez Castro y doña Silvia López Inzunza de Chávez conviviendo con todos los trabajadores, locutores, secretarias. 

Doña Silvia López Inzunza de Chávez recuerdo que llevaba un elegante vestido de una sola pieza, con un escote en la espalda y con esa sonrisa que hoy ilumina la casa del señor y con la que siempre la habremos de recordar.

Tengo un gran amor por lo que aprendí de doña ‘cuca’ Inzunza de López, madre de doña Silvia López de Chávez y tengo un gran agradecimiento para don Salvador Chávez, que fue amigo de mi padre Simón Torres y a su esposa doña Sofía Castro de Chávez, a don Roque Chávez Castro, su hijo, por darme la primera oportunidad de trabajar en lo que seguirá siendo mi pasión, la radio. 

Mal empezó mi día.

Este día ha llenado de tristeza mi vida. Además de lamentar la perdida de doña Silvia López de Chávez, perdí a un amigo que fue un incansable luchador de la izquierda, el ‘profe’ Román Rubio de Sinaloa de Leyva y junto con él a Esteban López, un nuevo valor de la política. Alguien nos robó su inteligencia y su presencia física que muchos de sus amigos hoy lloramos.

‘Profe’ Román, usted luchó mucho por los desprotegidos. Nadie sabía de la existencia de los ‘taramaris’. Nadie sabía que son indígenas ‘rarámuris’ que emigraron a Sinaloa para asentarse en cuevas de las montañas de la sierra madre occidental en Sinaloa hasta que usted los descubrió y emprendió una campaña durante años para dignificarlos.

Este día el Gobernador Electo, doctor Rubén Rocha Moya perdió dos amigos leales, que lo acompañaron en el trayecto político de su vida. Román Rubio de Sinaloa de Leyva y Martín Meza Ortiz de Badiraguato.

Doctor Rocha Moya, le suplico que en homenaje al ‘profe’ Román, haga justicia a los indígenas rarámuri de Sinaloa de Leyva.

También quiero dar el pésame a mi amigo Luis Alberto Díaz, director del informativo ‘Los Noticieristas’ por el reciente fallecimiento de su hermana Mirna Judith Díaz.

Animo ¡Dios provee!


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