Crónicas de un periodista… El día que Víctor Torres logró la hazaña de obtener la autorización como locutor Clase “A” (Parte II)

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Dedico esta crónica a mis compañeras y compañeros periodistas Erika Ruelas, Vanesa Pérez, Mercedes Cardoza, Susana Osorio, Alfredo Ayala ‘el kiri’, Edmundo Apodaca, José Luis Romero ‘el amigo de los policías’ (+), don Héctor Islas (+) y Alfredo su hijo, que junto con Víctor fueron los pioneros de “Línea Directa: el noticiero de Sinaloa”.

En 1976 Víctor Guillermo Torres Espinoza había terminado el quinto y sexto año en la Escuela Primaria “21 de febrero”, apenas tenía 12 años de edad cuando empezó a trabajar en un taller mecánico invitado por amigos de su padre don Eustolio Torres (+) donde Víctor lavaba tuercas y tornillos, auxiliaba a los maestros mecánicos a cambio de un modesto apoyo económico que le permitía comprar útiles escolares para continuar sus estudios. 

En 1975 no había Escuela Secundaria en Juan José Ríos. Gracias al gobernador del estado, don Alfonso G. Calderón, por gestiones del alcalde de Guasave Jesús María Cervantes Atondo y con el respaldo de padres de familia, el entonces Secretario de Educación Pública, Manuel Ibarra Peiro, supervisó la construcción de la Escuela Secundaria “Gral. Emiliano Zapata” que inició operaciones en la esquina de las calles 9 y avenida Aguacalientita. 

Víctor Torres formó parte de la segunda generación de egresados culminando la secundaria el viernes 21 de julio de 1978. Ese mismo día, el agente de tránsito Modesto Osorio forma en Juan José Ríos el grupo musical ‘Los Tommys’ integrado por Martin, Javier ‘el gordo’, hijo de ‘la Lola’ y Carlos. Mientras que Benito Miranda con su grupo ‘Marzo Uno’, lograban colocar un éxito internacional con la canción de su autoría ‘Suerte he tenido’, con ello Juan José Ríos empezaba a aparecer en el mapa nacional.

Uno de esos días Víctor, llegó a su casa con la ropa toda manchada de grasa, producto de su trabajo en el taller. Su señora madre doña Carmen Siria al verlo pegó el grito en el cielo.

“Hasta aquí dejaste de trabajar en el taller mecánico, ya no quiero que trabajes ahí, no te vas a pasar toda la vida llena de grasa”.

El jovencito abandona el taller y entra a trabajar en un negocio de lavado de automóviles, pero apenas le pagaban el salario mínimo y su aspiración no estaba ni entre la grasa ni entre el jabón de los vehículos.

A partir de la preparatoria que estudió en la UAS de Juan José Ríos, Víctor Torres realizó el resto de sus estudios en turnos nocturnos para poder trabajar y estudiar. Había ganas, muchas ganas de salir adelante.

En el mundo de las ventas.

Tenía 17 años cuando Víctor busca alternativas en la sección de empleos del periódico El Debate de Los Mochis, solo un anuncio donde se solicitaban promotores de vivienda llamo su atención:  

‘Constructora Sonora solicita jóvenes promotores de vivienda, buena presentación, se ofrece sueldo, capacitación y comisiones’.

Muy puntual llego Víctor a las oficinas ubicadas por la calle Benito Juárez y la avenida Gabriel Leyva en Los Mochis. Aprobó satisfactoriamente el examen que le hicieron, en la constructora ‘Sonora’ se encargaría de los tramites de crédito hipotecario y la venta de bienes inmuebles. Iniciaba la administración municipal del alcalde Jaime Ibarra Montaño y la construcción de vivienda era una de las actividades que más futuro prometía.

Víctor Guillermo Torres Espinoza fue una exitosa revelación en el negocio de bienes raíces, fue quien promovió la creación y la venta de las casas del Fraccionamiento del Real, frente al Infonavit Arboledas. Gracias al éxito culminó la preparatoria.

Aunque Víctor anhelaba estudiar la carrera de medicina en la UNAM en la Ciudad de México, por cuestiones económicas tuvo que inscribirse en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UAS, es ahí donde conoce al maestro Abelardo Pelayo, un excelente amigo y ser humano de origen colombiano que había contraído matrimonio con una muchacha sinaloense y había adquirido la ciudadanía mexicana. Abelardo Pelayo era director de CONALEP y maestro en la Universidad de Occidente y en algún momento dirigente sindical de esa institución.

De Conalep al matrimonio.

Abelardo Pelayo, quien también fue mi amigo y mi maestro en la UdeO, depositó toda su confianza en el joven profesionista Víctor Guillermo Torres Espinoza y en 1985 le toma protesta como Coordinador Académico del CONALEP Los Mochis.

Víctor renuncia a la empresa inmobiliaria, da las gracias a los empresarios de la constructora “Sonora” y se dedica de tiempo completo a la labor académica. 

Ese año la dupla Abelardo Pelayo-Víctor Torres, consolidan el prestigio de CONALEP. Es ahí donde Víctor conoce a Irene, una muchacha muy simpática, pero al mismo tiempo muy seria y formal, el amor toca la puerta y Dios bendice esa unión matrimonial. Ambos eran muy jóvenes.

Víctor Torres en la radio.

Por instrucciones de la dirección nacional de CONALEP que instruía hacer un programa de radio para fortalecer la difusión de los programas académicos, Víctor y el profesor Abelardo Pelayo se reúnen con el licenciado Francisco Pliego, gerente de las radiodifusoras del grupo OIR, XECU ‘Radio Rancherita’ y XECW ‘Radio Variedades’.

El gerente Pliego no solo concesiona el programa cultural, sino que también pone a sus órdenes a la planta de locutores: Arnoldo Corrales, Alberto Guerrero ‘el fogatero’, el locutor fuertense Jesús Humberto Armenta Miranda ‘el chubeto’, Manuelito Rodríguez ‘el compañerito’ y el estudio de grabaciones donde estaba otro fuertense, Roberto Ibarra, el hijo de ‘el bledo Ibarra’.

El programa se grababa los sábados en el estudio de Roberto Ibarra para transmitirse a través de la XECW ‘Radio Variedades’ los domingos. 

Para las voces femeninas, Víctor invita como conductoras a Aracely ‘cony’ Arámbula quien era directora artística de OIR y a la locutora Irma Peñuelas Castro, que en ese año transmitía el exitoso programa ‘De Jóvenes para Jóvenes’ en la radiodifusora XEPNK Canal 88

Un sábado no llego a grabar el programa uno de los locutores, Víctor tuvo que agarrar el micrófono y grabar el programa.

“¡Muchacho, que andas haciendo sin lonchi’, tú tienes muy buena voz para ser locutor!’, dijo Roberto Ibarra.

Así fue como Víctor Torres llego a la radiodifusión. Su futuro no estaba en la medicina. Dios le tenía un plan de vida muy bien definido y de largo alcance. 

Debut como Locutor practicante en la XECW ‘Radio Variedades’.

En 1976 el dirigente nacional del STIRT, Nezahualcóyotl de la Vega, había logrado que el Presidente de la República José López Portillo diera indicaciones al Secretario de Educación Pública, Fernando Solana, para que iniciara una campaña de regularización de miles de compañeros locutores del país que abrían micrófonos sin tener autorización de la SEP. 

‘Netza’, como le decía ‘cony’ Arámbula, había logrado que se aplicaran exámenes de aptitud en las principales ciudades de los estados. Su sucesor, Miguel de la Madrid continúo apoyando al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio, Televisión y Telecomunicaciones en la aplicación de esos exámenes.

Víctor Torres era la exitosa voz del programa cultural de CONALEP de los domingos. Octavio Ibarra Cota que era Secretario General del STIRT sección Los Mochis-El Fuerte le informa que necesita hacer el examen para autorizarse como locutor, porque de no hacerlo la SEP le cerraría micrófonos.

“Se va a aplicar un examen en Hermosillo, Sonora, ¿Te interesa hacerlo?”, le informa Octavio.

Para entonces Víctor Torres se había encariñado con el micrófono y con el programa de radio que el mismo como funcionario de CONALEP conducía. Todos mis compañeros locutores de OIR que iban a hacer el examen lo animaron: Alberto Guerrero, Manuelito Rodríguez ‘el compañerito’, Aracely ‘cony’ Arámbula, Roberto Ibarra, Rogelio Marines, Arnoldo y Mercedes Corrales y Erika Elguezabal. Hasta Revis Villa que era el cobrador y mensajero de la radio lo impulsó.

Víctor solicita por escrito el examen a la Dirección de Educación Audiovisual de la SEP, el material de estudio se lo compartieron también mis compañeros.

Octavio Ibarra le dio la autorización para que Víctor Torres iniciara un periodo de prácticas como locutor y su debut lo hizo en la XECW ‘Radio Variedades’. Este debut fue en el año de 1985.

El viernes 16 de agosto de 1985 cientos de compañeros locutores de Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Nayarit, Colima, Baja California y Sinaloa llegaron a Hermosillo. De Los Mochis iban 30 aspirantes entre ellos estaban dos jóvenes de Juan José Ríos:  Víctor Guillermo Torres Espinoza y Karina Miranda, una jovencita de 17 años que estaba por terminar la preparatoria y tenía su plaza de locutora en la XEMIL ‘Radio Mil’.

El examen se dividía en dos etapas: la primera era la aplicación de un examen escrito de 200 preguntas sobre cultura general, si no aprobaban ese, no tenían derecho a pasar a la segunda etapa donde el examen era oral. Muchos compañeros presentaban el examen hasta por cuarta vez sin tener éxito.

Octavio Ibarra alquiló un autobús para el traslado a Hermosillo de los 30 aspirantes de Los Mochis, el hijo de doña Benita Cota de Tehueco en el municipio de El Fuerte, no pudo hacer el viaje y en su representación envió al Secretario de Trabajo del STIRT, Bruno López Esquer, tío de mi amigo el empresario Martín López de la constructora Calsa.

Un año antes solo habían aprobado el examen Guadalupe Padilla, Manuelito Rodríguez y una muchacha de Jahuara Segundo, El Fuerte de la cual no recuerdo su nombre.

Logra la autorización clase “A” que es ‘la crema y nata’ de la radio.

De los 30 aspirantes solo la jovencita estudiante de preparatoria de Juan José Ríos Karina Miranda logra autorizarse como locutora clase ‘B’ y solo Víctor Guillermo Torres Espinoza, el hijo de don Eustolio Torres y doña Carmen Siria Espinoza de Juan José Ríos salió triunfante del examen blandiendo en su palmarés la inalcanzable autorización como Locutor Clase ‘A’ que es la ‘crema y la nata’ del micrófono porque esta autorización  permitía no solo trabajar en radio sino también en televisión y en doblajes de cine. En términos taurinos, Víctor Torres había logrado la faena completa de cortar orejas y rabo saliendo de la plaza de toros en hombros, de los 30 aspirantes solo él logro ganar esa categoría.

Decía mi madre Francisca Sotomayor Sierra, ‘la paquita’, que ‘alabanza propia es vituperio’, permítanme cometer ese pecado. En 1976 cuando yo tenía 17 años logré también esa hazaña en Culiacán, al ganar la autorización Clase ‘A’ como locutor por eso, porque sabemos el sacrificio de lograrlo ¡felicidades Víctor!

Mensaje.

En la próxima entrega relataré como a Víctor Torres de Juan José Ríos, Sinaloa lo veían miles de personas en televisión en el Noticieros ECO de Televisa que se trasmitía en el norte de África, Europa, Canadá, Estados Unidos y toda, pero toda la América Latina, además como Víctor logra crear “Línea Directa: el noticiero de Sinaloa”, esa es una historia que pronto habrán de leer.


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