Crónicas de un periodista… Julieta Campos, creadora del “teatro campesino” en Tehueco, El Fuerte

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Por: Agustín Torres Sotomayor

En 1979, el mochitense Francisco Labastida Ochoa fue nombrado subsecretario de Programación en la Secretaria de Programación y Presupuesto del Gobierno Federal, su amigo y jefe, el licenciado Miguel de la Madrid le pidió que expusiera ante el Presidente de la República, José López Portillo, la exposición del Plan Integral del Plan Global de Desarrollo.

En esa cena que se llevó a cabo en la residencia oficial de Los Pinos solo estaban presentes Miguel de la Madrid, secretario de Programación y Presupuesto; Ramón Aguirre Velázquez, regente de la Ciudad de México; y Carlos Salinas de Gortari, que estaba un escalón más abajo que Labastida Ochoa.

Al ver el ánimo encendido en la exposición del sinaloense, el Presidente López Portillo lo increpó:

“A ver, ¿quiere usted ser Gobernador de Sinaloa?”.

“Por favor señor presidente no me haga esas bromas”, respondió Labastida Ochoa.

“¡Contésteme! ¿Quiere ser Gobernador de su Estado?”, insistió el mandatario nacional.

Fue la presión del jefe máximo de las fuerzas armadas del país, no fue el whisky ingles que estaban tomando.

“Si quiero ser Gobernador de mi estado”, reconoció Labastida.

López Portillo soltó la carcajada, todos rieron de la broma del Presidente de la República.

En 1981, José López Portillo elije como candidato del PRI a Presidente de la República a Miguel de la Madrid.

Francisco Labastida Ochoa y Carlos Salinas de Gortari eran parte del equipo más cercano del colimense. Fue en 1986 cuando el sexenio terminaba, todos los caminos para la sucesión presidencial, apuntaban a Labastida Ochoa, pero el Presidente de la Madrid le pidió que aceptara la candidatura al Gobierno del Estado de Sinaloa. Labastida no quería, pero el Presidente de la República le mandó emisarios para convencerlo, entre ellos don Enrique González Pedrero, ex gobernador de Tabasco y director del IEPES del PRI y a Manuel Bartlett, que era secretario de Gobernación.

Francisco Labastida Ochoa entendió que era ‘sacrificado’ y fue don Alfonso Lugo Verduzco, presidente del PRI quien le comunicó el jueves 17 de abril de 1986 la instrucción del Presidente de la República. Ese mismo día le tomó protesta.

La amistad de Enrique González Pedrero y su esposa, la escritora cubano-mexicana Julieta Campos y Francisco Labastida Ochoa y María Teresa Uriarte de Labastida se reafirmó.

En junio de ese año, acompañaron a Labastida Ochoa, Manuel Sauceda y don Rubén Vega, candidatos a la Presidencia Municipal y a la Diputación Local de El Fuerte. Yo me encargué del área de Comunicación Social de esa campaña. El presidente interino del PRI era el profesor José Marcos Sánchez Morales, tesileño por adopción afincado en La Constancia.

Bien dicen que detrás de un gran hombre, siempre está a un lado una hielera llena de cervezas y una mujer. 

Como Gobernador del Estado, Labastida Ochoa tuvo en la doctora María Teresa Uriarte no solo a su compañera de vida, sino que ella fue quien dio un fuerte impulso a la cultura.

Los Labastida Ochoa, Francisco Buenaventura y María Teresa, además de ser amigos muy queridos de don Enrique González Pedrero y su esposa la escritora Julieta Campos, también eran amigos del regente de la Ciudad de México Manuel Camacho Solís y su esposa Leonor Mónica Van der Vliet y de Campero. 

Fue en 1987 cuando la escritora Julieta Campos le sugiere a la doctora María Teresa Uriarte de Labastida que forme el Teatro Campesino en Sinaloa que tanto éxito había tenido en el gobierno de Enrique González Pedrero en Tabasco.

El viernes 06 de febrero de 1987, la doctora Uriarte de Labastida me citó a su oficina en Culiacán, yo tenía ese año la responsabilidad de dirigir la Dirección de Acción Social del Ayuntamiento de El Fuerte. La esposa del Gobernador del Estado me planteó el proyecto de Teatro Campesino.

“Yo pienso que en El Fuerte sería un éxito, pero todo depende de ti, ¿en qué comunidad lo vas a acomodar?”, me dijo.

Yo me quede ‘patinando’. Era mucha la responsabilidad. No podía quedar mal con la esposa del Gobernador del Estado, pero menos podía hacer quedar mal al Presidente Municipal Manuel Sauceda y mucho menos a los fuertenses.

“Vamos a meter en Tehueco el programa Teatro Campesino”, respondí con mucha seguridad a la doctora Labastida.

“¿Y porque en Tehueco?”, me preguntó.

“Por dos razones”, respondí con aplomo.

“Tehueco es un centro ceremonial indígena y además yo vivo ahí, puedo monitorear personalmente el desarrollo de este programa”, afirme.

“Pero vamos a cambiarle de nombre, que ahora se llame ‘Teatro Campesino e indígena”, sugerí y la doctora Labastida sonrió.

“¡Exacto, así será!”, me aseguró y así fue.

La doctora María Teresa Uriarte de Labastida envió el mismo programa al municipio de Ahome. El alcalde don Ernesto Álvarez Nolasco había nombrado a Nora Arellano, quien ha sido la mejor directora de Acción Social y Cultura de ese municipio pésele a quien le pese. Nora llevó el Teatro Campesino e Indígena al campo pesquero indígena Bacorehuis.

Yo siendo el director de Acción Social del Ayuntamiento y de DIF Municipal, iba y venía todos los días desde Tehueco a El Fuerte. En la mañana me iba a El Fuerte en el desvencijado camión de don José Alcántar y por la tarde me regresaba a Tehueco en camión o en ‘raite’.

Caminé muchísimas veces a pie los cinco kilómetros de terracería de la carretera El Fuerte-San Blas, hasta Tehueco cantando canciones ‘charlescas’ del ‘charly’ del discomóvil de Mochicahui. Que tiempos tan bonitos.

La primera obra de teatro que se presentó en Tehueco por parte de Teatro Campesino fue en 1988, se llamó «De Mayos y Venados», la escribió la maestra María Alicia Martínez Medrano, directora de Teatro Campesino en México gracias a un libro de la ‘Historia del valle de El Fuerte’ que era un suplemento cultural que publico el periódico El Debate y se coleccionaba en fascículos.  

Una amiga reunió todos los tomos, eran como 50 revistas, las mandó a la imprenta, las trasformaron en un libro y sabiendo mi amor por la lectura me lo regaló, ese libro le presté a Alberto Veytia y jamás pude recuperar tan valioso regalo.

Esa primera puesta en escena, ‘De Mayos y Venados’, los protagonistas llevaban el nombre de Rosario y Miguel, en honor al aprecio que la maestra María Alicia Martínez Medrano le tuvo a mamá ‘chalita’ Quintero de Pacheco y a mi compadre Miguel Ángel Pacheco. ¿Qué más honor podían darme? 

En la puesta en escena participaron jóvenes indígenas de Tehueco, Tesila y Bacorehuis. 

En 1989 se puso en escena la obra ‘Romeo y Julieta’, sería el estreno mundial de tan clásica obra de William Shakespeare. La obra se montó en la rivera del rio Fuerte en Las Estacas, frente a Tesila.

Por instancia de la doctora María Teresa Uriarte de Labastida, el gobernador Francisco Labastida Ochoa invitó al estreno de la obra al director del Fondo de Cultura Económica, Enrique González Pedrero y a su esposa la escritora Julieta Campos, pero también invitaron al Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari.

Imagen de la obra teatral «Romeo y Julieta», del teatro campesino.

Todos ellos estuvieron en Las Estacas y Tehueco. Todos aplaudieron a rabiar la obra, al término de esta, el Presidente Salinas acudió al centro ceremonial indígena de Tehueco que lucía una techumbre de ramas y hojas de álamo. La escritora cubano-mexicana y su esposo Enrique González Pedrero se fueron a recorrer la iglesia actual y lo que queda del templo de la misión jesuita.

Al término del evento el síndico municipal, Miguel Quintero y el comisariado ejidal Carlos Ayala, así como el presidente del Comité de Desarrollo, mi compadre Miguel Ángel Pacheco Quintero, Domingo Flores Laurean, el gobernador Indígena de Tehueco y su servidor quien escribe esta columna junto con los comisariados ejidales de Vivajaqui, Las Estacas y La Bajada del Monte, abordamos al Presidente de México, al nativo de Agualeguas, Nuevo León, Carlos Salinas de Gortari.

“Señor Presidente ya estamos cansados de ver pasar el agua por el rio Fuerte mientras que nuestras tierras están enmontadas sin producir. Estamos cansados de tragar polvo cuando nos venimos caminando al pueblo, queremos el proyecto de riego Baquaviles para más de dos mil hectáreas y queremos que nos construya la carretera a Tehueco”, así lo dijimos todos a través de ‘mingo’ y Miguel Quintero.

Salinas de Gortari dio la orden, hoy las tierras de esos ejidos ya son de riego y también ordenó pavimentar la carretera a Tehueco todo gracias al Teatro Campesino e Indígena.

Gracias a la decisión de un funcionario municipal como lo fui yo, pero sobre todo gracias a la cultura, hoy Tehueco orgullosamente presume el riego de sus tierras y su carretera.

Sería imposible para mi memoria sesentera mencionarlos a todos, pero gracias a ustedes plebes que participaron como actores, Elsa, Lorena y César Armenta Lugo quien actualmente es profesor; a Marbella Quintero que radica en Los Mochis; a 

Silvia Duarte, Lucy Ayala López en la Ciudad de México; a Hernán Duarte y a todos los que fueron jóvenes que participaron como actores en el Teatro Campesino Indígena de El Fuerte, que en 1990 estuvieron representando a México en el Festival de Teatro de Nueva York, son y serán nuestro orgullo.

Esta Crónica es en recuerdo de Enrique González Pedrero y su esposa Julieta Campos. Ella se fue al reino de Dios el miércoles 05 de septiembre del 2007, su esposo el ex gobernador González Pedrero la alcanzo apenas el lunes 06 de septiembre del 2021.

La imagen de presentación de esta crónica está la escritora Julieta Campos y la otra es de la puesta en escena de la obra ‘Romeo y Julieta’. No, no son actores profesionales de Televisa o TV Azteca. Son jóvenes indígenas de Tehueco, Las Estacas, Tesila, El Fuerte y jóvenes del campo pesquero de Bacorehuis en el municipio de Ahome.

Oído por Casualidad.

El profesor Carlos Julio López estaba decidido a pelear la candidatura del PRI a la Presidencia Municipal de El Fuerte, jamás pensó que un emisario lo detendría en la curva de Charay cuando venía bien ‘enfierrado’ por la carretera Los Mochis-San Blas.

Quería llegar al comité municipal a la sesión de Consejo Político del PRI. No lo dejaron llegar. 

“El gobernador ya tiene candidato”, le dijeron.

Para fortuna del profe de Lo de Vega, ni ese gobernador ni el que le ganó la candidatura a la alcaldía trascendieron. Ni quien se acuerde de ellos. Sin embargo, todos le tenemos un gran aprecio.

Nota Final.

No he querido levantar polvaredas. Mucho menos buscar enemigos. Mi afecto a Nubia Ramos y a Leonel Vea. Pero yo tengo cáncer de estómago y continuaré la lucha porque el Congreso del Estado publique el Acta de esa Sesión de Cabildo del 24 de enero del 2020 cuando fui jubilado. 

No solo están los recursos económicos vía pensión para seguir enfrentando el cáncer, también está mi vida de por medio.

En verdad alcaldesa Nubia Ramos; secretario Leonel Vea; regidor Carlos Sarmiento y Abel.

En verdad es mi último estirón y voy a luchar por mi vida. No me vean como enemigo. Soy institucional. 

Gracias licenciado Baltazar Vega y gracias diputado Feliciano Castro Meléndrez por su apoyo y su solidaridad, sé que no estaré solo en este camino.


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