Crónicas de un periodista… La radiodifusora XEORF de El Fuerte de Montesclaros

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Oscar Daniel Ortega Daniels, funcionario de la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas del Gobierno Federal solicito una concesión de radio cuando se construyó la presa ‘Miguel Hidalgo’ en 1956, la obra hidráulica la inauguro el presidente Adolfo Ruiz Cortines. Ese año se inauguraban los Juegos Olímpicos en Melbourne, Australia.

En El Fuerte abundaba el trabajo. El gobierno federal cubrió el pago de las 6 mil 72 hectáreas afectadas que quedaron enterradas en el agua.

En 1959 Oscar Ortega Daniels logra que la Secretaria de Comunicaciones le libere la concesión para la radiodifusora. Luciano Manterola Tinoco fungiría como gerente y Daniel Ortega y Lorenzo Noriega fueron los locutores. La XEORF inicio operaciones cerquita de la casa del ‘bledo’ Ibarra’ con 650 kilociclos.

Octavio Domínguez y Alonso Ayala fueron los primeros locutores y Raufel Guerrero fue locutor y técnico de la nueva radiodifusora. León Fernando García había tomado protesta como Presidente Municipal en sustitución del sanblaseño Ismael Castro Quiñónez que había fallecido en un accidente ese mismo año.

Raufel Contreras era un adolescente, recuerda como camiones de carga entraron a El Fuerte, traían cables, micrófonos y todo el equipo de la nueva radio. ‘Era algo novedoso en el pueblo’ me relato.

‘Entraron los camiones, se fueron por la calle Morelos, la que está a la salida a la presa Miguel Hidalgo, cerquita de donde vivía ‘el bledo’ Ibarra, en una casa de dos pisos que había ahí bajaron todo el equipo’.

En El Fuerte pareció ‘brotar’ la economía, había mucho movimiento, cientos de trabajadores de la presa consumían en los restaurantes. 

Luciano Manterola y Lorenzo Noriega hicieron los ‘casting’ para que los jóvenes fuertenses de la época formaran parte del staff de locutores de la nueva radiodifusora.  Alonso Ayala y Octavio Domínguez pasaron el examen. Fueron los primeros locutores de El Fuerte apenas cumplían los 17 años de edad. 

En 1957 El Fuerte de Montesclaros se vistió de gala para celebrar el primer año al aire de la XEORF, la Banda de ‘El Recodo’ y don Cruz Lizárraga amenizaron el baile. El alcalde León Fernando García no lo creía. De inmediato firmo el permiso para la celebración. El festejo lo condujeron los locutores estrellas Octavio Domínguez y Alonso Ayala. Las muchachas iban con sus vestidos floreados abajo de las rodillas y los jóvenes con su cabello peinado con vaselina y algunos con el cabello largo que era la moda sesentera.

El locutor Lorenzo Noriega se enamoró de El Fuerte y de la ‘ñeca’ Estrella, hija consentida del exalcalde Juan Estrella. Se quedo en la tierra del Capitán Francisco de Ibarra. Lorenzo hizo que la hija más querida de don Juan Estrella se enamorara de la radio y así la bellísima jovencita se convirtió en la primera locutora mujer de la radiodifusión en Sinaloa. 

A mucha honra ‘ñeca’ Estrella, la primera locutora de Sinaloa es de El Fuerte y aún vive. Luciano Manterola también se quedó para siempre en El Fuerte.

Don Raúl Contreras no solo era el mejor también fue el único fotógrafo artístico de El Fuerte de Montesclaros. 

Don Raúl se dedicó al teatro, fue actor de varias películas y después de recorrer el mundo se quedó y se casó en El Fuerte. ‘Las mujeres de aquí tienen una belleza mágica’ decía. 

Pero la historia de Raufel y su padre don Raúl se las contare en la próxima entrega.

*Esta crónica me fue contada por sus personajes hace años, las relato por el amor que le tengo a la tierra de mis padres y mis abuelos que es El Fuerte.

Mi abuelo Pablo Sotomayor, nos contaba mi madre, desembarcó en Veracruz con dos hermanos suyos, huían de la gestación de la guerra civil española, mi abuelo estudio el seminario en Culiacán y se hospedó en casa de mi tío Antonio Nakayama.

Gracias a mi tío Antonio, mi abuelo Pablo recibió el título de maestro y lo enviaron a Chinobampo, El Fuerte como director de la escuela primaria, ahí conoció a mi abuela Julia Sierra Ayala, originaria de Bamicori y Chinobampo, de esa cuna vengo yo.

¿Como no voy a querer a mi tío Antonio Nakayama?


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