Crónicas de un periodista… La tragedia de la Banda “La Petatlán” de Guasave, Sinaloa.

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Nunca una tragedia había enlutado al gremio de la radio y de la música en todo el estado de Sinaloa como el fatal accidente de la banda sinaloense “La Petatlán” de Guasave, Sinaloa, ocurrida el miércoles 28 de noviembre de 1989, este mes se cumplirán 32 años de la tragedia que el periódico El Debate de Los Mochis puso ese día en portada con la cabeza Espeluznante Tragedia.

Fue a través de la radiodifusora XETNT Radio 65 de don Roque Chávez Castro, Manuelito Rodriguez anunciaba el magno Festival de Aniversario de Promomedios Mochis que se iba a llevar a cabo la tarde de ese miércoles en el estadio de beisbol «Emilio Ibarra Almada».

El ‘compañerito’ hizo una llamada telefónica a Heriberto Baldenegro, director de la banda sinaloense para entrevistarlo en vivo a través de la XETNT Radio 65

En el transcurso de la entrevista, Heriberto pidió a Manuel Rodriguez que regalara discos y posters de la agrupación musical que estaba programada para abrir el magno festival en donde los invitados de lujo eran el Súper Show de “Los Vázquez”, un exitoso grupo tropical que venían desde Campeche. Participarían también “Tennis Band” de Chapalilla Nayarit, una tecno banda cuyo vocalista era ‘chayo de la Lola’ de Juan José Ríos. ‘Chayo’ había dejado al grupo ‘Los Tommys’ de Modesto Osorio, también se iba a presentar el cantante de música ranchera Héctor Montemayor de Monterrey, ‘Chalo’ Rivas, el legendario Grupo Yndio y la banda “Los Coyonquis” de Culiacán. 

El gerente administrativo de Promomedios Mochis, Rutilio Blancarte Díaz recibió un informe pormenorizado de la organización del festival por parte del director artístico Aurelio Tapia, donde le informaba que todo estaba listo para la que sería aquella histórica tarde de aniversario.

El equipo de locutores para conducir el histórico evento masivo lo encabezaban Ángel Juárez Cervantes y su ahijado Carlos Cota Soto, actual director de Comunicación Social del Ayuntamiento de Ahome. Junto con ellos estarían Manuelito Rodriguez, Pablo Cesar Escárrega, Oscar Juárez, Benito Pérez Guillen, Guadalupe Padilla y Nazareth Lázaro Ortiz. 

Al estadio de béisbol “Emilio Ibarra Almada”, la gente empezó a llegar desde muy temprano, la romería provocó tumultos que se fueron ordenando en una larga fila de personas que para las 3 de la tarde ya estaban dentro del inmueble.

Una cantidad aproximada de doce mil personas se preparaban a disfrutar el espectáculo, pero como el espacio resulto insuficiente, Rutilio Blancarte y Aurelio Tapia tomaron la decisión de abrir el acceso al terreno de juego donde se acomodaron otras mil personas más. 

Había tres templetes que se veían espectaculares y que estaban ubicados de manera estratégica uno en medio del terreno de juego a la altura de la lomita de pitcheo y los otros dos en los extremos derecho e izquierdo.

‘Nazareth’, se mostraba nervioso con tanta gente, le correspondería alternar con Benito Pérez. Carlos Cota platicaba con un sonriente Ángel Juárez arriba del templete central. Pablito Escárrega y Oscar Juárez muy elegantes y con micrófono en mano ocupaban otro de los templetes. Guadalupe Padilla y Manuelito Rodriguez abajo comentaban algunas cosas con Aurelio Tapia. 

En el interior del estadio de béisbol empezaba la fiesta, los gritos, la música grabada, la algarabía por la felicidad del aniversario del grupo de radio Promomedios Mochis que estaba integrado por las radiodifusoras XEPNK Canal 88, XEZA La Zeta, XEMIL Radio Mil y la XETNT Radio 65 La Ley.

El alcalde de Ahome era don Ernesto Álvarez Nolasco y su esposa doña Felisa que estaban entusiasmados con el evento, eran los últimos días de esa administración municipal a la que sucedería la encabezada por Ramón Ignacio Rodrigo Castro.

Mientras afuera del estadio, muy cerca de ahí, a escasos 20 kilómetros, se empezaba a tejer una sangrienta tragedia, ironía del destino, la fiesta en el estadio y la tragedia en la carretera.

Ya todo estaba listo para iniciar, había música grabada para ambientar el momento previo al inicio de la gran fiesta popular. Mientras esto sucedía en el estadio “Emilio Ibarra” de Los Mochis, en la queridísima ciudad de Guasave, el director de la banda sinaloense “La Petatlán”, Heriberto Baldenegro, apuraba a los muchachos para que subieran pronto el equipo de sonido al autobús porque era tarde y precisamente a ellos les tocaba abrir el magno espectáculo.

El camión salió de Guasave con 13 músicos de la banda, tres trabajadores (secres) y un matrimonio que fueron invitados al magno evento de aniversario. 

Heriberto venia detrás del camión conduciendo su automóvil Ford LTD color gris y con el iban acompañándolo los vocalistas de la banda, Carlos Cervantes, que se había acomodado en el asiento delantero y Miguel Alonso Verdugo, acomodado en el asiento trasero.

Heriberto se estiraba cuan largo era dentro del vehículo para relajarse, con sus 1.85 de estatura era el más alto de la agrupación musical que ya empezaba a tener éxitos musicales en algunas regiones del país, ese día, Heriberto se había puesto un impecable pantalón blanco y andaba en camiseta, la guayabera que se iba a poner la traía colgada de un gancho en el asiento de atrás.

Mientras los tres platicaban, el lujoso Ford LTD color gris, seguía a una prudente distancia al autobús, que en el trayecto no presento ningún problema mecánico, el viaje se realizó sin ningún problema, al menos en apariencia todo era normal, aunque en el aire se podía respirar el olor a tragedia, nadie lo percibió. 

Cuando el autobús llegó a la curva del estero de Juan José Ríos, mientras el conductor platicaba muy animadamente con una pareja que venía en el primer asiento, una de las llantas delanteras, al parecer la izquierda, reventó y con la velocidad que traía, fue prácticamente imposible para el conductor controlar el autobús que ya sin destino, se impactó contra una nodriza que traía en su interior amoniaco anhidro.

Ambos vehículos, con el fuerte impacto salieron de la carretera internacional México-15, el autobús de la banda “La Petatlán” comenzó a dar vueltas de campana con una fragilidad tal, que parecía una hoja sacudida por el viento, una hoja teñida trágicamente de sangre.

Heriberto Baldenegro de la sorpresa y la incredulidad pasó al llanto.

Heriberto, Carlos y Miguel Alonso presenciaron el accidente sin poder hacer nada, se detuvieron a la orilla de la carretera. 

“En la madre, esto es una pesadilla”, alcanzó a decir mientras los cantantes de la agrupación empezaron a llorar sin control.

El aire fresco se tiñó primero de sangre, después el autobús explotó y las llamas empezaron a consumir los vestigios de los cuerpos humanos que al impacto del choque quedaron sin vida.

El nerviosismo y el dolor se apoderó del Heriberto Baldenegro y de Carlos y Miguel Alonso, vocalistas de la banda, ante la dantesca escena que presenciaban. 

Al acercarse a lo que había quedado del camión, ya no había gritos en busca de auxilio, solo un olor a carne quemada, combustible, humo y partes del camión regadas.

Parecía imposible creerlo, pero todos sus compañeros músicos habían muerto. Ningún cuerpo estaba completo. Pronto llegó al lugar una patrulla de la Policía Federal de Caminos que se encontraba entre los pueblos de Ruiz Cortines y Juan José Ríos. Después llegarían la Cruz Roja de Los Mochis y Juan José Ríos, también el Cuerpo de Bomberos de Los Mochis.

Heriberto se comunicó con Aurelio Tapia y le informó sobre lo sucedido. Tapia escuchaba horrorizado la noticia, estático como una estatua de cera apenas alcanzó a balbucear unas palabras a Rutilio Blancarte Díaz informándole de la tragedia y mientras el gerente de Promomedios Mochis lo escuchaba, se quitó los anteojos y su rostro cambio de color, se puso lívido y de inmediato dio la orden de suspender el evento. 

Al enterarse los locutores de la funesta noticia, se vieron a los ojos, serios todos, sin poder articular palabra, era imposible creer la información que estaban recibiendo. 

Rutilio Blancarte pidió a algunos compañeros locutores que tomaran el micrófono para que informaran a las casi trece mil personas que acudieron de la suspensión del magno festival y del motivo por el que se había suspendido. 

Los locutores y el resto de los músicos de los grupos que estaban preparándose para animar el festival estaban colapsados, no podían articular palabra, fue entonces cuando Manuelito Rodriguez subió la escalinata del templete y en el escenario tomo el micrófono. 

La gente empezó a silbar, aplaudir y a gritar pensando que la aparición del ‘compañerito’ era el inicio del festival. Manuelito dio la bienvenida a los asistentes y pidió atención y silencio. 

El público enmudeció. Aquí reproduzco las palabras que mi compañero locutor dijo aquella trágica tarde y que quedaron grabadas en la memoria colectiva:

«En nombre del grupo Promomedios Mochis, quiero agradecer la presencia de todos ustedes a este magno festival programado para esta tarde, pero por desgracia, soy portavoz de una fatal noticia. Hace unos instantes en la carretera internacional a la altura de Juan José Ríos, los integrantes de la Banda ‘La Petatlán’ sufrieron un fatal accidente en el que la mayoría de los integrantes de la banda perdieron la vida, por lo que este evento queda suspendido, quiero pedir a nombre de don Roque Chávez Castro, de la Gerencia, de quienes formamos el cuerpo de locutores, de programación y personal administrativo del Grupo Promedios Mochis que nos sumemos elevando plegarias a Dios Nuestro Señor por el descanso eterno de nuestros amigos de la banda ‘La Petatlán’ y solidarizarnos con los familiares y amigos de estos artistas que venían a brindarnos su música y alegría en este festival». 

Los miles de personas que abarrotaban el estadio se pusieron de pie y al silencio se agregó el silbido del aire frio que empezaba a correr, cabizbajos, los asistentes en su mayoría jóvenes, empezaron lentamente a desalojar el estadio, en el ambiente ya no se escuchaba música grabada, solo se escuchaba el ruido de los zapatos al chocar contra el cemento. 

La noticia del fatal accidente recorrió todo el país. Por una extraña decisión del destino solo habían salvado la vida Heriberto Baldenegro, director de la agrupación de Guasave y los vocalistas Carlos Cervantes y Miguel Alonso Verdugo gracias a la costumbre que tenía el ‘heri’ de viajar en su automóvil. Pero nadie escapa a su destino que tarde o temprano se cumple. 

Los Tamazulas de ‘Bochon’.

Heriberto Baldenegro había iniciado su carrera como clarinetista y trompetista de la banda “Los Tamazulas” de Guasave con ‘bochón’ Espinoza. 

Después encabezó a un grupo de jóvenes y formó su propia banda, “La Petatlán”.

Debo aclarar que mis compañeros locutores Ángel, Oscar y Aurelio Juárez Cervantes son sobrinos del legendario ‘bochon’ Espinoza del meritito Tamazula, Guasave.

La cita con el destino de Heriberto Baldenegro.

Perdió a sus compañeros de la banda “La Petatlán” pero después de cumplir un año de duelo, Heriberto levantó de entre las cenizas a la agrupación musical. 

Heriberto Baldenegro y la renovada banda acudieron a Ciudad Obregón a tocar una boda que se había celebrado en el Club de Leones de la antigua Cajeme, era un miércoles 26 de diciembre de 1990.

Cuando el reloj marco las dos de la madrugada, la banda terminó su contrato y luego de guardar el equipo en el autobús, Heriberto les dijo que se quedaría a dormir en Ciudad Obregón porque le habían pagado con un cheque y aprovecharía para cambiarlo y realizar unas compras en la ciudad. Los músicos salieron de Ciudad Obregón con rumbo a Guasave casi a las cuatro de la mañana, ya era jueves 27 de diciembre de 1990.

Cuando Heriberto vio su reloj de pulso en la banqueta de Bancomer de Obregón, Sucursal Centro, eran las 10:30 de la mañana. 

Era un día nublado y había una densa neblina en algunos tramos de la carretera Ciudad Obregón-Los Mochis.

Heriberto Baldenegro metió en el pequeño maletín el dinero del cheque que había cambiado y después de desayunar tomó la carretera a Sinaloa en su lujoso automóvil.

Desde Ciudad Obregón hasta Estación Don, el viaje transcurrió de manera normal, el Ford LTD color gris que lo acompañaba desde hacía años entró a El Carrizo a cargar gasolina.

Heriberto tenia frente a él los cerros de Barobampo, todo fue muy rápido, en una de las peligrosas curvas y como si se cumpliera el fatídico destino en una situación idéntica a la de sus compañeros muertos un año atrás, la llanta izquierda delantera estallo y el amplio Ford LTD color gris dio tres vueltas de campana proyectándose al fondo de un barranco. En el trágico accidente el director de la banda “La Petatlán” perdió la vida.

Heriberto se reencontró con su destino y con los integrantes de la banda, muertos un año y un mes antes, murió de la misma forma que sus compañeros que espiritualmente, ese jueves 27 de diciembre, habían venido a recoger a su director Heriberto Baldenegro en los cerros de Barobampo para acompañarlo hasta el paraíso de Dios Nuestro Señor. 

¡¡cachi no!!

En la XETNT Radio 65, Manuelito Rodriguez popularizó una frase que salía al aire entre canción y canción: «cachi no». 

Cuando dedicaba una canción a algún amigo o insistía en darle carrilla usaba la frase «cachi no» que tenía grabada con la voz de un niño. 

La popular frase nació un día de Corpus Christi en la casa de doña Rosalba Bojórquez, madre del ‘compañerito’, había convocado a todo el clan familiar ese día precisamente que se festejaban Manuel Rodriguez padre, Manuelito Rodriguez su hijo y Manuelito, hijo de Rosa Rodríguez Bojórquez.

Al calor del convivio, entre platica y muchas cervezas, se hizo una coperacha entre los hermanos para comprar más cerveza que ya se había terminado, cuando Julián Rodriguez, hermano del compañerito, llegó un poco retrasado al festejo, no podía ser más oportuno su arribo pues no daba un paso dentro de la casa materna cuando todos sus hermanos le preguntaron con cuanto iba a cooperar para mandar a traer más cerveza.

Julián respondió en tono reseco que con ningún cinco porque él no iba a tomar.

«Ni me pidan ni me anden esculcando, yo no voy a cooperar con ningún cinco porque no pienso tomar». 

No había terminado de decir esto cuando su sobrino Manuelito Leyva Rodriguez quien tenía apenas 3 años le gritó:

«¡¡cachi no!!». 

La espontaneidad de la expresión provocó carcajadas en toda la familia. Días después Manuelito Rodriguez llevó a su sobrino al estudio de Promomedios Mochis para que le grabaran la frase y así fue como se incorporó a la producción la frase «cachi no», que hacia sonreír a la audiencia y que se usó en todos los programas de la Radio 65.

Odio por casualidad.

Manuelito Rodríguez culminó su ciclo como locutor en la radiodifusora XECU Radio Rancherita de Organización Impulsora de Radio (OIR), el jueves 31 de diciembre del 2020. 

Antes de su retiro, se llevaba a cabo uno de los juegos de béisbol de la Liga “Clemente Grijalva”, se enfrentaban el Ejido México y Agrocherrios, el equipo actualmente tetracampeón del afamado circuito propiedad del empresario Lupe Miranda y que representa la tierra de Antonio ‘cañón’ Osuna, Baltazar Vega, Modesto Osorio y de mi sobrino, el infielder Vinicio Sierra que por cierto, es uno de los 4 jugadores que han sido parte del equipo en sus cuatro campeonatos consecutivos, ningún equipo en la “Clemente Grijalva” ha logrado tal hazaña en 64 temporadas.

Ese domingo de agosto, el juego entre los dos equipos la narrativa estaba a cargo del cronista Dagoberto Rodríguez a través de la radiodifusora XECU Radio Rancherita. 

Manuelito Rodríguez estaba en la cabina de la radio, era el operador, al final de cada entrada, Dagoberto enviaba los micrófonos a cabina y al termino del bloque de anuncios, el compañerito anunciaba, «enviamos los micrófonos hasta el campo de juego con nuestro cronista, el compañerito Dagoberto Rodriguez”.

La Tetona.

Fue en la parte baja de la quinta entrada, Manuelito manda los micrófonos al cronista deportivo Dagoberto Rodríguez solo que sucedió un incidente.

Manuelito Rodríguez olvidó cerrar el micrófono cuando entro una llamada al teléfono de Radio Rancherita, era un amigo de ‘el compañerito’

“¿Qué onda compañerito, felicidades, ya supe que ya te vas a jubilar de la radio, a donde fuiste ayer sábado?”.

Manuelito Rodríguez responde:

“Nombre, si te contara, salí de la radio y como hace mucho no entraba a una cantina me metí a una que está cerca del bar ‘Nitos’, que bárbaro, estaba una ‘morrita’ con unas tetonas, increíble, cuando se acercó a servirme una cerveza yo no podía quitarle la mirada, que bonitas tetonas tenía la ‘morrita’ tetona”.

En el estadio, el cronista Dagoberto Rodríguez empezó a sudar frio. Toda la conversación del locutor Manuelito Rodríguez estaba saliendo al aire y se escuchaba en los aparatos de radio del estadio y en miles de hogares que escuchaban la trasmisión del juego. 

Los aficionados subieron el volumen al radio cuando Manuelito Rodríguez describía con lujo de detalle las formas, las curvas y hasta el volumen de aquellos senos de la dama a la que los aficionados conocieron en el imaginario como ‘la tetona’.

Dagoberto pidió que marcaran al celular del ‘compañerito’ Rodríguez para avisarle que cerrara el micrófono porque toda, pero toda la plática de ‘la tetona’ había salido al aire durante la trasmisión del juego. 

Cuando la licenciada Rosy Morales, gerente del grupo OIR llegó a la cabina de ‘La Rancherita’, Manuelito Rodriguez ya no sabía dónde meterse de la vergüenza.

“Es un incidente, a cualquiera le puede pasar, te lo vamos a pasar porque ya está muy cercana tu jubilación”, aclaró la ejecutiva del grupo radiofónico y después preguntó con curiosidad:

“Oye Manuelito, ¿y si estaba tan tetona?”.

Manuelito Rodríguez acompañado de los Tigres de Norte.

En la primera fotografía que comparto esta mi amigo y compañero Manuelito Rodríguez con Los Tigres del Norte: Jorge, Raúl, Hernán, Luis, Freddy y Eduardo Hernández, los amigos de Rosa Morada, Mocorito iniciaron su carrera musical en Los Mochis, Sinaloa. Una de sus hermanas vive en esta ciudad.

Mención.

Quiero agradecer públicamente la gestión que realizaron dos amigos míos: el tesorero municipal de El Fuerte, Fabián Cazares y Miguel Rubio. A ambos les doy las gracias por su sentido humanitario y por el cumplimiento de su palabra. 

También les pido que me ayuden con una oración para mi amigo Trinidad Peñuelas Castro, hospitalizado por Covid-19, es el padre de mi queridísima Lorenita Norzagaray Cervantes de Sinaloa de Leyva a quien amo desde que nació.

Sé que ‘trini’ o ‘el tomate’, como le decían sus compañeros del Grupo “Renegado” estará bien con el favor de Dios. 

El ‘trini’ empezó en la música siendo un niño, ánimo, Dios está contigo porque Dios provee.

Abrazos a doña Andrea Castro de Peñuelas al igual que a sus hijos, mis amigos Rosa Irma, Rosario, Osvaldo, Dhinora Karina, al ‘jando’, a los cuates y al menor de la familia Peñuelas Castro del meritito Sinaloa de Leyva.

¿Recuerdas Irmita aquellas tortillas de harina estilo Sinaloa de Leyva que hacia doña Andrea allá en la casa de la colonia 72? ¡Riquisisimas!


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