Crónicas de un periodista… Luz Elvira Estrella, la humilde grandeza de su vida

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Si me permiten hablar…hoy les comparto con mucho dolor y tristeza, algunos retazos de mi vida.

Apenas llegue a la casa de Luz Elvira Estrella Reyes, me enfile al cuarto de Juan Carlos, su hijo, para desabrocharme los zapatos y enfundarme un pantalón corto.

Estaba intentando desabrochar las agujetas cuando me pregunto la Vira, como cariñosamente le decíamos:

“¿Ya te encontró la Chuy Pedrozo?, te anda buscando, me pregunto por ti”.

Luz Elvira, además de ser hija del ex presidente municipal de El Fuerte, don Juan Estrella, tuvo una actuación brillantísima, intachable en su paso por el servicio público.

El mismo subprocurador de Justicia en la zona norte, Melchor Cota Peñuelas (qepd), reconocía públicamente que fue gracias a Luz Elvira que le enseñó el manejo de la oficina de Ministerio Publico que ocupó en El Fuerte lo que le ayudó en su larga carrera en el poder judicial.

Hoy a la una de la madrugada, Luz Elvira fue recibida por Dios Nuestro Señor en el paraíso. Pidamos a Dios por ella, para que ella también pida por nosotros.

La maestra ‘chuyita’ Pedrozo, amiga de Luz Elvira.

Atendiendo el recado de Luz Elvira ya no me quite los zapatos.

“Voy a ir a ver para que me quiere la maestra Chuyita”, le respondí.

Era viernes 19 de octubre de 1990, acudí a la casa de la maestra María de Jesús Pedrozo (qepd), cuando abrió la puerta ni siquiera le pedí permiso para entrar.

“Maestra sé que me anda buscando”, le dije.

Jamás había entrado a su casa.

La maestra ‘chuyita’ y Luz Elvira participaban en la formación de la Sociedad Gnóstica de El Fuerte, grupo al cual me habían invitado porque sabían que yo tenía un don espiritual de percepción y videncia.

“Estoy con mucha fiebre mijito”, me respondió la maestra ‘chuyita’ cuando me detuve frente a dos habitaciones. La de la izquierda era la recamara de ‘quetita’, su hija, que es maestra de la escuela secundaria ESGIR, la de la derecha era la habitación de ella.

“Aquí está el problema maestra, en su recamara se manifiesta una mujer”, le exprese.

Nos fuimos a sentar al comedor, ella en un extremo, yo en el otro. 

“¿Tiene alcohol o agua bendita?”, pregunté al tiempo que me trajo un frasco cuyo líquido rocié en mi cuerpo mientras hacía oración. 

“Oiga lo que oiga o vea lo que vea no tenga miedo”, le dije. 

Cuando me senté, le pedí que cerráramos los ojos. Fue entonces cuando de la recamara de la maestra ‘chuyita’ Pedrozo salió el espíritu de una mujer de aproximadamente 70 años, con el cabello cano, bajita de estatura, pero de lengua muy larga, proliferando maldiciones contra la maestra. Yo le aleje a toda su familia y a todas sus amistades, vociferaba.

“Esta vieja jija de su ×€£%$#@&% me quitó mi casa con engaños, aseguraba el espectro de la señora”.

Así se lo hice saber a la maestra que escuchaba sorprendida lo que yo le relataba. 

“Es cierto, hace 25 años cuando me cambiaron de Choix a El Fuerte, vine a ver a esa señora para rentarle esta casa, pero me dijo que ya se la había comprometido a un señor de Bacayopa, Choix. No le creí. Ese mismo día por la tarde le dije a Gustavito mi hijo (Profr. Gustavo Peralta), que se arreglara, le di el dinero por tres meses de adelanto de la renta y lo mande con esta señora. A él si se la rentó. Cuando ella se enteró que Gustavito era mi hijo se enojó muchísimo por el engaño, me quiso regresar el dinero y me pedía la casa, pero ya no podía hacer nada. A mí no me quiso rentar la casa y a Gustavito sí”, comentó la maestra.

Un mes después, la supuesta dueña de la casa fue a Culiacán y allá murió de un ataque al corazón; la casa quedo intestada y aquí seguimos, relató la maestra ‘chuyita’, si fue un engaño, pero un engaño involuntario.

El espíritu de la señora vociferaba maldiciones contra la maestra, amenazando que la iba a correr de su casa. Dijo que escondía objetos para molestarlas. 

Es cierto, afirmó la maestra.

“Una vez inexplicablemente se cayó una cuchara de la mesa y cuando me agaché a recogerla, sentí que me dieron un manotazo en la espalda que me dolió mucho”, contó la maestra que a ‘quetita’ su hija, la jaló del cabello sin soltarla por un buen rato, inexplicablemente no había nadie.

“Yo la voy a correr de mi casa”, insistió de nuevo el espectro de la señora.

“No, tú no puedes hacer nada, tú ya estas juzgada de Dios y en la dimensión donde te encuentras no puedes poseer nada, por lo tanto, te conmino a regresar al lugar donde debes estar, abandonaras esta casa, con el apoyo de Nuestra Santísima Madre la Virgen María, te ordeno que abandones esta casa y regreses al lugar donde perteneces, después de decirle eso me puse a hacer oración”.

A los 15 minutos lo peor ya había pasado. Hasta la fiebre se le quito a la maestra ‘chuyita’ Pedrozo. 

Al salir de su casa me preguntó, “¿mijito cuanto te debo?”, “Nada maestra”, yo solo fui el conducto le respondí y me ofreció darme un regalo.

Al llegar de nuevo a casa de Luz Elvira, le conté con más detalle lo que ahora están leyendo ustedes estimados lectores.

“La ‘chuy’ quería encontrar respuestas por eso entro a la sociedad gnóstica, porque eran demasiadas cosas inexplicables las que pasaban en su casa”, comento Luz Elvira.

Con mi afecto y mi entrañable cariño para Juan Carlos y las gemelas Lluvia y Brisa Estrella Reyes, hijos de Luz Elvira. Para Diego, Juan y ‘la ñeca’ Estrella, que son sus hermanos, mi más sentido pésame.

Luz Elvira falleció de Covid 19 ayer por la madrugada. Conoció a sus nietos y a su bisnieto que van a extrañarla por siempre. Alla con el Señor donde ahora descansa nos habrá de esperar.

Descanse en Paz.


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