Crónicas de un periodista… “Todos vamos a saber cuándo tenemos que irnos de este mundo”

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Si me permiten hablar… ayer me dormí después de las 10 de la noche. Alrededor de las 2 de la madrugada tuve un sueño que me inquietó. Debo confesar que la mayoría de mis sueños son premonitorios, siempre hay un mensaje que por mi ignorancia no puedo descifrar. Termino sorprendiéndome al día siguiente de lo que se me anunció.

En el sueño de esta madrugada se me presento mi madre Francisca Sotomayor Sierra y mi tío Ramon, el sacerdote. Yo le pregunté qué pasaba:

“Tío ¿pasa algo?” el volteo a verme con mucha tranquilidad me dijo que mi madre estaba con él porque venían por alguno de nosotros, de nuestra familia, no me dijo por quién.

Mi madre estaba detrás de él, yo la abrasé y le pedí perdón por cualquier error que hubiera cometido cuando ella estaba viva, ella me dijo que me perdonaba.

Jamás les pregunté por quien de nuestra familia venían para acompañarlo a la casa de Dios. Jamás se me ocurrió preguntárselos.

Este día amanecí perturbado por el anuncio. No tuve reposo, estaba inquieto. Por la tarde mientras veía el futbol del juego Mazatlán-Atlas, mi teléfono sonó seis veces, era mi tía Carmen Sotomayor Sierra. Me dio miedo, no quise tomar la llamada.

Me preguntaron, ¿quién insiste tanto?, “es mi tía Carmen”, respondí. 

“Contéstele” me dijo mi compadre. “No porque tengo miedo. Anoche soñé que mi tío Ramon y mi ama venían a recoger a uno de nuestra familia. Alguno de nosotros va a morir”, afirmé.

Le envié un mensaje a la ‘mamy’, mi hermana.

“Háblale a mi tía Carmen me ha estado marcando y me da miedo tomar la llamada”, le pedí.

Sonó el teléfono de nuevo y me arme de valor.

“Falleció Roberto, te he estado marcando, pero no te localizaba”, dijo mi tía a quien tuve que decirle la verdad del porque no le tome la llamada.

“Anoche se me presentaron mi tío Ramon y mi ama y me dijeron que venían por alguien de la familia y como pensé que era usted, me dio miedo contestarle”, comenté.

Finalmente, el anuncio se cumplió. Esta tarde murió en Aguacatlán, Nayarit mi compadre y primo hermano, el ingeniero agrónomo, Roberto Laija Sotomayor.

El y Ricardo su hermano gemelo, fueron compañeros de generación del Gobernador del Estado Quirino Ordaz Coppel en los estudios de educación básica en el Instituto Cultural de Occidente (ICO) de Mazatlán, Sinaloa.

Es un camino que yo ya conozco cuando me desahucio la ciencia médica por cáncer de estómago y Dios Nuestro Señor me dio una segunda oportunidad, por eso, en verdad les digo:

“Ninguno de nosotros nos iremos solos. Vendrán nuestros seres queridos a acompañarnos en el ascenso. Y todos vamos a saber cuando llegue el momento, lo que los médicos llaman ‘deliriums tremens’ cuando alguien está en un estado de gravedad y el enfermo platica o ve a familiares muertos no es una sintomática de la enfermedad. Los enfermos que habrán de morir no desvarían ni ven fantasmas. Lo que pasa es que están en estado de gracia de Dios y ven y platican con los seres queridos que han venido a acompañarlos en el último viaje”.

Que en paz descanse mi primo y compadre Roberto Laija Sotomayor. Perdón por la confidencia en esta noche de dolor. En este tiempo de luto.


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