Crónicas de un periodista… Víctor Torres, creador de “Línea Directa: el noticiero de Sinaloa” (Parte I)

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Dedico esta crónica a mis compañeras y compañeros periodistas Erika Ruelas, Vanesa Pérez, Mercedes Cardoza, Susana Osorio, Alfredo Ayala ‘el kiri’, Edmundo Apodaca, Alfredo y don Héctor Islas y a José Luis Romero, ‘el amigo de los policías’ que, junto a Víctor Torres, fueron los pioneros del noticiero de Sinaloa.

También dedico esta crónica en memoria de don Eustolio Torres y don Víctor Espinoza, padre y abuelo de Víctor. A mi padre Simón Torres Rodríguez, en el ‘Día del Padre’ por darnos la vida, por amarnos y a pesar de la pobreza, por formarnos con valores y a todos los padres que lean esta crónica. ¡Felicidades!

El creador del noticiero ‘Línea Directa’.

Víctor Torres Espinoza, nació el martes 17 de noviembre de 1964, en pleno auge de la siembra de algodón, solo el llanto de aquel niño pudo abrirse paso entre la neblina que, desde El Estero, se extendía cubriendo el pueblo de Juan José Ríos. 

Su nacimiento iluminó la casa de sus padres Carmen Siria Espinoza y Eustolio Torres, la casa estaba a unos metros de la calle Batequis.

Víctor creció junto a sus hermanos Carmen y Edgar. Don Eustolio Torres, como todos los Torres fue un hombre muy trabajador, ahí en su casa tenía montado un taller automotriz y un taller de herrería. Desde muy pequeño Víctor Torres Espinoza aprendió el decálogo familiar donde la tolerancia, el respeto a los demás y el trabajo serian a ser la base de su éxito.

Cuando Víctor estudiaba primer año en la escuela primaria ‘Niños Héroes de Chapultepec’, fallece su padre don Eustolio Torres. El inusitado suceso obliga a la familia a mudarse a casa de sus abuelos, doña Rosario y don Víctor Espinoza, la casa estaba ubicada por la calle 1 y avenida México.

Doña Carmen, madre de Víctor tiene que trabajar en la clínica del IMSS para sacar adelante a sus tres hijos, la mayoría de las veces tenía que hacer doble turno, mientras tanto Víctor ayudaba a su abuelo en el taller de carpintería. En la escuela primaria ‘Niños Héroes de Chapultepec’ estudiaría hasta el cuarto año en esa institución educativa.

A vender paletas y helados.

Cuando Víctor cumplió los nueve años, visitó al dueño de la paletería ‘Bambi’, era padrino de bautizo de uno de sus hermanos, el negocio estaba ubicado por la calle 2. Víctor le pidió trabajo y empezó a vender paletas y ‘bolis’, en un carrito recorría las calles de Juan José Ríos.

Las señoras se sorprendían al ver aquel niño güerito vendiendo paletas en el seguro, la plazuela o en el campo de futbol, pero con los calorones de agosto y septiembre, Víctor consumía hasta seis paletas diarias y ahí se iba la pequeña ganancia. Doña Carmen Siria, su madre, le reponía las perdidas.

Calles de Juan José Ríos, donde pasó su infancia el reconocido periodista.

Por las noches, acostado en un catre se ponía a escuchar la radiodifusora XECF ‘Radio Impacto’ del ingeniero Manuel Francisco Pérez Muñoz, la transmisión la escuchaba en el aparato de radio de su abuelo don Víctor Espinoza. 

De esa época Víctor recuerda a Octavio Ibarra Cota y a Héctor Islas en la trasmisión de los juegos de béisbol de los Cañeros de Los Mochis. Recuerda a Aurelio y Francisco ‘chico’ Rodríguez; al fuertense Gabriel Lugo, ‘el jefe cejas’; al sanblaseño Gonzalo Villalobos; Obed Plascencia, José ‘peluche’ Peña y Antonio Pollorena entre otros jugadores.

Mientras su abuelo se emocionaba con el juego, Víctor jugaba a hacer comerciales para esa radio. Fueron los primeros pininos de una actividad que sería su pasión, la comunicación.

Un día mientras Víctor empujaba su carrito de paletas unos amigos de su padre don Eustolio, lo invitan a trabajar como ayudante en un taller mecánico. Ahí cerró el gélido ciclo como vendedor de paletas.

Juan José Ríos.

El nombre del ejido ‘Las Vacas’ que es el más grande del país, tiene su origen porque en el año de 1900, esas tierras pertenecían a la familia Orrantia Guerrero originarios de El Fuerte de Montesclaros, tenían ahí el rancho ganadero más grande que se recuerde en el estado. Los Orrantia en el tiempo de estiaje bajaban cientos de cabezas de ganado desde El Fuerte y Choix para que sobrevivieran la sequía.

En 1906 el general Juan José Ríos pernocta junto con su tropa en el rancho de los Orrantia Guerrero, el general iba rumbo a Cananea, Sonora a poner orden en la huelga que estallaron dos mil mineros de la ‘Cananea Consolidated Copper Company’. 

Por amistad y para realizar otros negocios, los Orrantia Guerrero vendieron las mil 862 hectáreas de su rancho al general Juan José Ríos, pues el zacatecano desde muy pequeño soñaba con vivir en el norte del país y lo cumplió, pues se casó con una hermosa muchacha de Culiacán, Sinaloa. 

En 1950 el general entregó en donación las tierras del rancho ‘Las Vacas’ para que pudieran asentarse cientos de familias de El Fuerte y Choix que habían sido desplazadas por la construcción de las presas ‘Miguel Hidalgo’ y ‘Josefa Ortiz de Domínguez’, por agradecimiento, en su honor la ciudad lleva su nombre: Ciudad ‘Gral. Juan José Ríos’.

Ese año de 1964 cuando nació Víctor Torres Espinoza, el alcalde de Guasave era don Jesús Vázquez Rochín. En el pueblo, el mejor pan era el que horneaba doña ‘cata’ Moreno y en una canasta de mimbre lo vendía por las calles don Facundo.

Los fines de semana se llenaba el cine ‘Teresa’ que estaba ubicado por la calle 2 y avenida Batequis. 

En 1970 Juan José Ríos contaba ya con diez mil habitantes, para entonces el cine ‘Teresa’ desapareció para dar paso al cine ‘Alameda’ que luego se llamó cine ‘Royal’.

Ese cine tenía una refresquería en la planta alta donde se reunían los jóvenes de la época. Los personajes más populares del pueblo de ‘Che Rios’ eran ‘nacho mocho’, un muchacho que cuando le gritaban corría y pegaba un brinco y la ‘chayo loca’. 

Los grupos musicales que amenizaban las fiestas de eran: ‘Grupo Milagros’, ‘Grupo Los Plebes’ que tocaban las canciones de ‘Los Apson’, si el festejo era para borracheras y desvelos entonces llamaban al ‘Grupo Tropinorte’, el ‘Grupo Santa Cecilia’ tocaba puras canciones románticas y el ‘Grupo Los Compas’ tocaban puras canciones rancheras de desamor. Después se formaron el ‘Grupo Los Barreras’ y el ‘Grupo Los Yerris’.

Víctor Torres crecía y seguía trabajando en el taller mecánico, así llego la adolescencia y su pasión por el béisbol y el futbol defendiendo la portería de varios equipos de Juan José Ríos.

En 1980 en pleno auge de la radiodifusora XEPNK Canal 88 de don Roque Chávez Castro, nuestro amigo Víctor Torres es seleccionado por el equipo de futbol de Guasave en el Campeonato Juvenil Estatal que organizo el IMSS. Aunque su equipo fue eliminado, fue tomado como refuerzo por la selección de Culiacán logrando coronarse en dos temporadas en el Torneo Nacional del IMSS. Ni ‘el inmortal’ Jorge Campos hubiera llegado a los talones en esa época defendiendo la portería del equipo sinaloense.

Víctor recuerda con afecto a Jesús Olegario Cárdenas, hijo de don Margarito, un señor originario de El Rosario que tenía un puesto de mariscos. Jesús Olegario ‘el ole’ fue compañero de Víctor desde la escuela primaria, en la secundaria y juntos participaron en varios equipos de béisbol.

Esta crónica es parte del libro ‘Voces de la Radio’ que algún día habré de publicar.

Esta es la primera de tres partes donde relataré la vida de mi amigo y compañero Víctor Torres Espinoza, creador de ‘Línea Directa: el noticiero de Sinaloa’ cuya historia también incluiré en la próxima crónica.

Esta entrevista a Víctor fue hace diez años en el restaurante ‘Panamá’ que esta frente a Palacio de Gobierno en Culiacán. Cualquier relación con sucesos actuales es mera coincidencia.


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