Crónicas de un periodista… El último adiós a Oscar Valenzuela

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Eran las 02:00 de la madrugada del miércoles 10 de marzo, yo estaba profundamente dormido. Recuerdo que soñaba que tenía la puerta abierta de mi casa en el Infonavit “Mochicahui”, cuando llegaron dos señoras ahogadas en llanto, yo estaba sentado y me levante, ¿pasa algo?, les pregunte, la señora de la derecha intento decirme algo, pero no pudo porque el llanto no se lo permitió, entonces le puse mi mano en su hombro y les dije, pasen, tranquilícense. 

Ya dentro de mi casa, al ver que no tenían consuelo, les dije, vamos a hacer una cosa, vamos a hincarnos para hacer oración. Las dos se pusieron de rodillas y empezamos a orar. En eso desperté sudando.

Fue tan impresionante la revelación que ya no pude conciliar el sueño. A una de las señoras la conocí hace tiempo, pero no recordaba quien era. Hasta que después de las 9 de la mañana, escuché en sus noticieros a mis compañeros periodistas Luis Alberto Díaz y a Víctor Torres dar a conocer la noticia del fallecimiento de mi amigo Oscar Valenzuela Corrales, hasta entonces pude adivinar lo que me intentaron decir en el sueño. 

La señora acongojada por el llanto era la madre de Oscar, a la que tuve la fortuna de conocer un par de veces cuando Oscar me invito a su casa. También estuve en la despedida, en su sepelio, en el viejo Panteón municipal contiguo al cerro de La Memoria.

Oscar llega a la radio.

En 1980 llegue a trabajar a la recién inaugurada radiodifusora XEPNK Canal 88 del grupo Promomedios, las cabinas de la XETNT Radio 65 y XEZA ‘La Zeta’, estaban en el tercer piso del edificio de la familia Wilson, por la avenida Gabriel Leyva y Lázaro Cárdenas.  El administrador del edificio era el licenciado Heriberto Barraza Armentilla.

En 1981 don Roque Chávez Castro inauguro en el callejón Sinaloa, el nuevo edificio del corporativo. Ese mismo año llego a la radio Oscar Valenzuela Corrales. Don Roque Chávez muy generosamente le había dado una beca para que estudiara la Licenciatura en Economía en el Instituto Politécnico Nacional de la ciudad de México.

En 1982 el grupo radiofónico creció, ya eran cuatro estaciones de radio XETNT Radio 65, XEZA La Zeta, XEPNK Canal 88 y XEMIL Radio Mil. El gerente era Enrique Yamuni Robles, actualmente dueño de las empresas Megacable y HOIA.

El estudio de grabación profesional que dirigía el fuertense Ernesto ‘neto’ Ayala, fue como el departamento de Oscar Valenzuela, de Octavio Delval Apodaca, que venía de El Fuerte, y el mío propio, yo venía de Guasave. 

Ahí dormíamos recostados sobre la alfombra porque éramos de fuera y no teníamos donde quedarnos a dormir.

Las confesiones por parte de los tres inquilinos fluían. La de Oscar fue una infancia difícil, nos contó que su mama era de Choix, del barrio ‘La Higuerita’.

Los periodos de vacaciones, Oscar Valenzuela era el ‘utility’, entraba como refuerzo a todas las cabinas de radio cuando faltaba algún locutor.

Oscar culmino sus estudios en el Politécnico. 

En 1987 siendo Francisco Labastida Ochoa Gobernador del Estado de Sinaloa, Nacho Lara le pide a Oscar Valenzuela que se encargue de la Coordinación de Comunicación Social en la Zona Norte.

Fue durante este tiempo que Oscar conoce a Alba Peñuelas, hermana de su asistente. Alba que vivía en Guamúchil acepta la propuesta de Oscar, de esa unión nacieron sus dos primeras hijas Marine y Melisa Valenzuela Peñuelas. La familia se establece en el fraccionamiento ‘El Rio’, muy cerca del Infonavit Bachomo

Al término de la administración de Labastida, Oscar se integra a Radiosistema del Noroeste donde dirige el noticiero ‘Notisistema’ con un equipo muy profesional de compañeros periodistas entre ellos Susana Osorio, Edmundo Apodada, Roberto Castro Araujo y Adonivan Reyes.

En 1994 el ingeniero Manuel Francisco Pérez Muñoz envía a Oscar Valenzuela y a Javier Híjar a la Ciudad de México a tomar un curso al Instituto Mexicano de la Radio (IMER). La noche del sábado 11 de junio culmino el seminario. Ya en el hotel, Javier le dice a Oscar.

“Hay que hacer la maleta desde ahorita para madrugar mañana muy temprano”.

“¿Madrugar? ¿Y eso para qué?”, pregunta Oscar. Para ir a la Basílica de Guadalupe. Oscar medio extrañado le insiste. “¿A la basílica de Guadalupe para qué?”.

“Para confirmar los boletos”, responde Javier. Oscar se destornillaba de la risa.

Cambio de rieles.

Gracias a la gestión del licenciado Juan S. Millán, en 1993 se construyó el Infonavit “Mochicahui” de Los Mochis, Sinaloa.

Gracias al licenciado Millán, muchos compañeros locutores y periodistas logramos tener nuestra propia casa. Oscar y Blanquita fueron parte de los beneficiarios. Éramos vecinos Oscar Valenzuela, Carlos Cota, Oscar Juárez, Tony Gamboa, Simón Gámez Jr., Pablo Cesar Escárrega, Fermín Quintero, Karina Elguezabal y Julio Bernardo entre otros.

La relación entre Oscar y Alba termina en muy buenos términos. 

Oscar se ilusiona de nuevo, esta vez con Blanquita Peinado su compañera de vida.

De esta relación nació Luis, su primer hijo varón. Cada sábado Oscar llegaba a mi casa para convivir en la reunión que cada sábado organizábamos mis compadres Gilberto Vizcarra y Gerardo Serrato Torres.

Cuando no llegaba a nuestra base, era porque Oscar estaba en otra reunión con Cesar y Pepe Carrillo y con Luis Lachica.

La premonición.

Uno de esos sábados de bohemia con cervezas y botanas, Oscar nos confío su deseo de volver a ser padre. No te angusties, tu ten fe en Dios, pronto la Blanquita te va a decir que está embarazada y desde ahorita te anuncio aquí frente a dos testigos que habrán de tener una niña, le anuncié.

Todos guardaron un incrédulo silencio.  Oscar llego después para confirmarnos que el anuncio se había cumplido. Blanquita estaba en dulce espera y el ginecólogo había dicho que sería niña a quien bautizaron con el nombre de Blanca.

“Un año antes que supiéramos, tu fuiste el que nos aseguró que íbamos a tener una niña”, me decía.

Primer aviso.

El 2008 Oscar Valenzuela sufre algunos infartos leves y su esposa Blanquita lo interna de urgencia en la clínica del IMSS de Los Mochis. Más de una semana estuvo internado en ese hospital donde sus amigos hicimos romería para manifestarle nuestra solidaridad. El cardiólogo ordeno que se le practicara una cirugía correctiva del corazón, micro invasiva. Un cateterismo invasivo. El IMSS de Los Mochis le da un pase para que sea intervenido quirúrgicamente en Ciudad Obregón. 

Gracias a sus amigos sanblaseños Cesar y ‘pepe’ Carrillo, dueños de la ‘Librería Mochis’, ambos le piden a la Licenciada en Enfermería, Lorena Atienzo, que ayude a Oscar y Blanquita. Lorena tenía un puesto directivo en el hospital del IMSS de Ciudad Obregón, Lorena es también de San Blas y ayudaba a mucha gente de Sinaloa.

 Oscar Valenzuela llega a la clínica recibiendo un trato de príncipe.

Con las pompis de fuera. 

Lorena recuerda que Oscar era muy inquieto, no podía estar en la cama.

‘Estaba totalmente desnudo, solo traía puesta una bata clínica color azul, pero generalmente siempre la traía mal abrochada o se le olvidaba amarrar las cuerdas, así se levantaba de la cama, recorría todas las salas hasta llegar a mi oficina, los pacientes soltaban la carcajada porque casi siempre andaba enseñando las pompis’, recuerda Lorena que actualmente trabaja en una clínica del IMMS en Tijuana.

Mientras estaba hospitalizado en Obregón, Blanquita con toda la paciencia le preparaba alimentos a base de verduras cocidas para llevárselas al hospital, mientras Oscar intentaba sobornar a las enfermeras para que le trajeran unos taquitos de carne asada. ‘Por favor’, les decía.

Oscar supero la tempestad solo temporalmente.

El 2011, el doctor Francisco Frías Castro asume la Secretaria de Educación Pública y Cultura del gobierno de Mario López Valdez. Oscar había coordinado medios en la campaña por la Diputación Federal de Frías Castro. El doctor invita a Oscar a colaborar en la Dirección de Comunicación Social de la SEPyC.

Oscar Valenzuela también tuvo a su cargo la dirección de Comunicación de la Universidad Autónoma de Occidente, de la Procuraduría de Justicia del Estado y actualmente se desempeñaba en esa misma área en el Instituto de Apoyo a la Investigación e Innovación (INAPI).

Como el mismo lo reconocía, tal vez su infancia fue difícil y llena de carencias, pero supo ser generoso y sembrar amigos.

Sus amigos ‘pepe’ y Cesar Carrillo, Alfredo Originales, Luis Lachica, Agustín Torres Sotomayor, Gilberto Vizcarra y Gerardo Serrato extendemos nuestras más sinceras condolencias a su compañera Blanquita Peinado, a sus hijos Luis, Blanquita, Marine y a Melisa.

Descanse en paz Oscar Valenzuela Corrales.


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