Crónicas de un periodista… Estadio Banorte de Culiacán, el ‘chapoteadero’ de Maradona

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Si me permiten hablar… ese jueves 19 de septiembre del 2019 Los Dorados de Sinaloa se enfrentarían a los Cafetaleros de Chiapas en la Liga de Ascenso MX,

un día anterior, la temperatura en Culiacán casi rebaso los 40 grados centígrados. 

Eran las 4 de la tarde y el ‘gran pez’ se encontraba en casa. Aun no se abrían las puertas del estadio Banorte, ubicado casi a la rivera del rio Humaya en la capital sinaloense. 

Nosotros habíamos hecho viaje especial desde El Fuerte pues no queríamos dejar pasar la oportunidad de conocer al celebre Diego Armando Maradona, director técnico de Dorados de Sinaloa.

Recuerdo que cuando íbamos en Pericos, empezó una pertinaz llovizna y lo único que alcanzábamos a ver hacia Culiacán eran grandes y negros nubarrones.

Acreditado como reportero, me cole al área para medios de comunicación.  Los jugadores estaban calentando, siguiendo indicaciones de Luis Islas, quien fuera portero en la selección argentina, aquella que se coronó en el mundial Mexico1986 con Diego Armando Maradona como el máximo goleador.

Islas formaba parte del equipo de trabajo del director técnico al igual que Bruno Mafoni, quien era el encargado de analizar los videos de los juegos de los equipos contrarios, también pertenecía al staff, Gastón Romano quien entrenaba a los porteros, los tres eran argentinos. Los mexicanos eran los masajistas, médicos y personal de asistencia, además de Mario García, que era el numero dos después de Maradona por ser el auxiliar técnico (actualmente es director técnico del equipo Atlante).

De pronto empezó a llover de manera abundante y se presentó una fuerte tormenta eléctrica que obligo a jugadores de Dorados y Cafetaleros a guarecerse en sus respectivas bancas. El público que apenas estaba entrando al estadio buscaba la forma de protegerse de la intensa lluvia. 

Fue cuando se anunció la suspensión del partido ese jueves y se ofrecía que se realizaría un día después; el viernes 20 de septiembre. El estadio quedo completamente solo. Media hora después aun lloviznaba cuando salió Diego Armando Maradona y su equipo de trabajo al campo de juego. Aquella era una inundación. Recorrieron el área de portería del sector norte. 

El agua corría por una especie de canaleta a media cancha, parecía una resbaladera como las que hay en las albercas y chapoteaderos.

De pronto, para asombro mío y de mis dos compañeros periodistas (uno de El Debate de Culiacán y el otro de Noroeste) que habíamos quedado dentro del estadio, vimos como el ídolo mundial del futbol volteo a ver a sus compañeros algo les grito y luego se lanzó un clavado con los brazos extendidos hacia adelante para que la corriente de agua lo arrastrara al otro extremo del estadio. El cuerpo de Maradona fue arrastrado por el arroyo de agua mientras gritaba como un plebito haciendo travesuras.

Los miembros de su equipo técnico se quedaron mirándose entre si. A la orden del jefe, tuvieron que seguirlo.

El primero en lanzarse fue el auxiliar técnico Mario García, siguió Luis Islas, después Bruno Mafoni y Gastón Romano quien volteo hacia atrás e invitó a los dos jardineros de Dorados para que hicieran lo mismo. Los humildes trabajadores se quitaron el rompevientos color naranja y así con la ropa que llevaban puesta se arrojaron al agua.

Parecía una romería de niños que se deslizaban sobre un tobogán lleno de agua cuya corriente los arrastraba hasta el otro extremo del estadio. 

Maradona disfrutó Culiacán. A los jardineros del estadio Banorte les dijo que le gustaría vivir ahí porque podía andar libremente sin sentirse acosado por sus admiradores como sucedía en Argentina. Probó las delicias de la cocina sinaloense con los mariscos del restaurant «Mar & Sea» de Culiacán y como buen argentino, tenía un asador de carne en la casa que ocupó y hasta le gustaba escuchar la banda sinaloense. Se reía mucho del modito de bailar.

La muerte de Maradona dejo el shock al mundo entero, las redes sociales se llenaron de millones de muestras de luto y de condolencias. 

En la ruta futbolística del mapa de «el pelusa» figuran Argentina su patria equipos como Argentinos Juniors donde inició y el club en homenaje a “el cebollita” puso nombre al estadio, sin olvidar el equipo de sus amores, el Boca Juniors; Nápoles en Italia; Barcelona y Sevilla en España; y Dorados en Culiacan, equipos y ciudades que se convirtieron en tred topping mundial, pero indudablemente Sinaloa se catapultó con el documental «Maradona en Sinaloa», que está  trasmitiendo la plataforma Netflix en 215 países del mundo. 

Cuando Diego Armando Maradona llego a Culiacán hizo una promesa a la afición de Los Dorados.

«No vengo de vacaciones. Vengo a trabajar. Vengo a darle una mano a Dorados como Dorados me la dio a mí. He hecho algunas cosas malas, pero les aseguro que vengo a dejarles el corazón», puntualizó el astro argentino y así fue.

Diego Armando estuvo dirigiendo al equipo las temporadas 2018 y 2019. En sus palmares dirigió 35 partidos con Dorados de los cuales gano 18 juegos, empato 10 y tuvo 7 derrotas.

Maradona cumplió su promesa, dejó un legado en la cancha y fuera de ella aquella frase que dijo ante los inchas de su país: “Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”.

¡Descanse en paz!


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