Crónicas de un periodista… “La lluvia amenazó la celebración de la ceremonia del grito de independencia de Ismael Armenta Chávez”

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Si me permiten hablar… Esta noche les comparto retazos de mi vida.

Fue un viernes 13 de septiembre de 1985, salí de la radiodifusora Canal 88 de Los Mochis a las 6 de la tarde y me fui caminando a la volkswagen para tomar el último camión hacia Choix.

Mi comadre ‘güerita’ me había avisado que iba a matar un ‘cochi’ y las tortillas de nixtamal recién salidas de la hornilla, los chicharrones recién cocidos, los asientos y las carnitas, además del cariño que tengo por ellos me obligaron a irme ese fin de semana a Choix.

Ya en el pueblo del locutor Simón Gámez Acosta y José Ángel Espinoza ‘ferrusquilla’ me baje del camión y me enfile a pie al rancho «El Tuchi» de don Lencho Mundo. 

Caminé cinco kilómetros, atravesé la colonia «La Higuerita» después pasé por «La Sabana» y enmedio de la oscuridad, iluminado solo por la tenue luz de la luna, abrí el cerco para bajar por la vereda, la pequeña meseta donde se cruzan dos arroyos, enmedio del monte ahí donde ya me esperaban mi compadre ‘lencho’ Mundo Vega, mi comadre ‘güerita’ y sus 7 hijos. 

Recordé que tenía que regresarme el domingo a El Fuerte para acompañar al presidente municipal, ingeniero Ismael Armenta Chávez, quien fue mi maestro de biología en la preparatoria UAS de Guasave.

Dormí esa noche en «El Tuchi» y me quedé hasta el domingo 15 de septiembre.

Mi compadre ‘lencho’ administraba las tierras de su hermana Elba Mundo de Navarro quien llegó acompañada por Fernando su esposo a la ‘comelitona’ de chicharrones y tortillas de nixtamal recién salidas de la hornilla.

El domingo regresé a El Fuerte en el último camión, eran casi las diez de la noche y como siempre la plazuela del Pueblo Mágico estaba llena de gente venida de muchos lugares cuando empezó el aire, después los truenos y luego se vino una tormenta que impedía ver más allá de la esquina donde pone su carreta ‘la berta’, mama de ‘el nano’

Era un domingo 15 de septiembre de 1995, yo estaba en el atrio de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, ni siquiera pude entrar a palacio, el agua estaba en todos lados. Una pareja que había venido de Los Mochis que estaba a mi lado enfadados por la lluvia empezaron a subir la hielera, les ayudé y con eso me gané el raite hasta Mochicahui.

Solo pude ver entre la cortina de agua al alcalde Ismael Armenta Chávez que se asomaba al balcón principal de palacio municipal mientras la gente corría a guarecerse del aguacero.

Finalmente, no pudo llevar a cabo la ceremonia del Grito de Independencia, al parecer no pudo, era su primer grito de independencia como presidente municipal suplente, pero debo decir que no ha sido el único alcalde que por el temporal vio amenazada la icónica celebración. 

El ingeniero Emilio Ibarra no tuvo problemas con las lluvias, tampoco Saul Contreras que fue quien lo sucedió, Ismael Armenta no pudo dar su primer grito en 1985, en el segundo si lo hizo.

Manuel Sauceda no tuvo problema con el clima pudo presidir la ceremonia, pero siendo presidente municipal Felipe González Villaburo no llegó a septiembre para salir al balcón de palacio a dar el grito porque el Congreso del Estado lo desaforo.

Debió haber llegado en su lugar Norberto Ayala que era su suplente, pero Miguel Ceceña le pidió al entonces presidente del PRI, Fernando Diaz de la Vega, que en su lugar nombraran al profesor José María Zamora Torres, una decisión arbitraria que fue violatoria de la ley, a Norberto le dieron como premio de consolación la dirección de Tránsito y Transporte.

José María Zamora Torres ocupo el lugar de Felipe, pero el estimado maestro como alcalde tampoco tuvo problemas con las lluvias a pesar que en 1990 hubo precipitaciones tan abundantes que días después con la crecida del arroyo de Sibajahui ese mismo año la tempestuosa corriente cobró la vida de Felipe González Villaburo.

Así pasaron los siguientes alcaldes, Armando Apodaca y Julián Vega que presidieron ceremonias normales sin preocuparse por los nublados.

Humberto Galaviz pudo salir al balcón a pesar de su cáncer de próstata que se agravo el 2001, a pesar de la incomodidad de la enfermedad en su administración salió entero a dar el grito.

José Luis Vázquez Borbolla, Eduardo Astorga, Víctor Sarmiento y Eleazar Rubio jamás tuvieron la amenaza de las lluvias en la noche del 15 de septiembre.

El 2015 con Marco Vinicio Galaviz ‘el vini’, se dejó venir en el centro histórico una lluvia muy fuerte a las 9 de la noche, pero a las 11 que el alcalde salió a dar el grito, todo estaba normal.

Lo que más llama la atención con respecto al clima paso con la alcaldesa Nubia Ramos Carbajal. En el 2018 durante su primer periodo, mientras daba el grito de independencia empezó una llovizna pertinaz, de esas que no mojan, pero si empapan.

Los miles de asistentes no se movieron de su sitio, termino la multitud bailando entre los charcos que hizo la llovizna.

La única ceremonia del grito de independencia que se suspendió por lluvia fue la del alcalde Ismael Armenta Chávez, a quien presumo por ser el único Presidente Municipal que llego al poder siendo Ingeniero Civil y Licenciado en Derecho.

¡Arriba Barotén!


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