Crónicas de un periodista… Los cinco fantásticos.

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Si me permiten hablar… En 1965 cuando nació el STIRTT, la ilusión viajaba en bicicleta o en las viejas tranvías que bajaban de la sierra de El Fuerte y Choix, hoy comparto retazos de un libro que estoy escribiendo desde hace cinco años y que tentativamente titule como ‘Voces de la Radio’, espero publicarlo antes de morir.

El Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio, Televisión y Telecomunicaciones (STIRTT) se fundó un sábado 11 de septiembre de 1965, por esos tiempos la entrada al cine costaba un peso y los locutores ganaban tres pesos por hora.

Gustavo Diaz Ordaz andaba en campaña por la presidencia de la república. En Sinaloa Leopoldo Sánchez Celis cumplía dos años como Gobernador del Estado.

El sábado 4 de diciembre de ese año la UAS recobraba su autonomía que había sido abrogada en 1937, el decreto fue promulgado por el Congreso del Estado.

Héctor Arámbula Bautista, Gregorio Becerra, Alfredo ‘el güero’ Hays, Octavio Ibarra Cota originario de Tehueco, El Fuerte y Armando Tirado habían iniciado una lucha para fundar la sección Los Mochis-El Fuerte-Guasave del STIRTT.

Don Héctor Arámbula fue el cabecilla de los locutores y mi tío Jesús ‘chuy’ Sierra de Chinobampo el eran los encargados del área técnica de la radiodifusora XECF y XEHS de don Manuel Ceferino Pérez Alvarado, ‘el pinini’ y don Francisco Pérez Alvarado.

En 1963 Héctor Arámbula se trasladó a la Ciudad de México sin habérselo comunicado al ‘pinini’, su amigo y jefe.

En el capital buscó la asesoría del fundador y dirigente nacional del STIRTT, Rafael ‘el negro’ Camacho Guzmán, para plantearle la inquietud de los locutores del norte de Sinaloa para adherirse a esa organización sindical.

En respuesta, el Secretario de Trabajo del STIRTT nacional, Ricardo Valenzuela, envió a Los Mochis un abogado laboral para que organizara a los locutores, pero antes buscó a los concesionarios para ‘negociar’. El primer intento fue fallido.

El lunes 13 de enero de 1964, Héctor Arámbula madrugó a Culiacán, muy tempranito se presentó con Roberto Flores Portillo, dirigente de la Federación de Trabajadores de Sinaloa. Con el total respaldo de la CTM, el STIRTT nacional envió al licenciado Sergio Islas Morales, quien había asesorado a los locutores de Culiacán para que formaran la sección sindical del STIRTT.

Islas Morales llegó a Los Mochis acompañado por el locutor Rafael Guerra Miguel quien fue el primer Secretario General de la Sección Culiacán del STIRTT y por dos locutores de Ciudad Obregón. Todos se fueron a desayunar menudo al mercadito “Independencia”.

Había amenazas de despido en las radiodifusoras XECF, XEHS, XECU y XECW, algunos compañeros al ver al grupo de promotores terminaban su turno y salían corriendo por la puerta trasera. Nadie estaba dispuesto a perder su empleo.

Se organizo una reunión ‘secreta’ a la que se convocó a todos los locutores.

Gregorio Becerra ofreció la huerta de su propiedad que se ubica a la salida a Topolobampo. 

Fueron varias reuniones que perdieron la secrecía cuando empezó a correr la cerveza bien helada, bohemios de corazón como siempre hemos sido los locutores, genio y figura.

Los cinco fantásticos.

Era necesario tener como mínimo cinco integrantes para formar la sección Los Mochis del STIRTT, cuando don Luis Pérez Gómez se entera que los locutores Renato Cruz y José Luis Elizondo iban a firmar el documento los suspendió por tiempo indefinido, ante ese aviso, los demás compañeros se negaron a estampar su firma para la constitución del STIRTT.

Había cuatro firmas que eran las de Héctor Arámbula, Octavio Ibarra, Alfredo ‘el güero’ Hays y Gregorio Becerra solo faltaba una más. Solo una.

A Héctor solo le quedaba por ver a Camilo Robles, Armando Tirado y a Héctor Islas para completar las cinco firmas, pero les avisaron que Camilo ‘extrañamente’ pidio permiso a don Pancho Pérez para salir de la ciudad y solo quedaba por ver a Héctor Islas y a Armando Tirado. 

Héctor Islas, el célebre cronista de los Cañeros de Los Mochis se volvió también ‘ojo de hormiga’. Argumentó que iba a ayudarle a su padre a sembrar la parcela que estaba por el rumbo de la carretera a Ahome.

Solo quedaba por buscar a Armando Tirado. Era el ‘mil usos’ de la radio. Don Pancho Pérez lo mandaba a cobrar, era continuista, técnico, locutor y hasta hacia la limpieza de la radiodifusora.

“Pudieran impugnar su firma los patrones por ser trabajador de confianza”, señaló el licenciado Sergio Islas.

En los brazos de una dama.

En el automóvil de Gregorio ‘goyo’ Becerra, Octavio Ibarra, Alfredo ‘el güero’ Hays y Héctor Arámbula recorrieron las calles del Mochis viejo, la consigna era dar a como dé lugar con Armando Tirado donde fuera.

¡Era la que faltaba para completar las cinco firmas!

Cuando llegaron a la casa de Armando Tirado, su esposa doña Tere Ayala que es hermana de Ernesto Ayala, una familia muy querida del meritito Fuerte de Montesclaros les dijo:

“Seguramente está trabajando, así me dice que está trabajando”.

Después de revisar los rincones de todas las cantinas y clubes sociales, Héctor Arámbula que le conocía perfectamente todos los ‘recovecos’ les dijo, ‘vámonos por la carretera a Topolobampo’. 

Llegaron a una casona en medio de las tierras de cultivo de caña, unos perros salieron al paso. Ya empezaba a oscurecer. Los ladridos se empataban con los gritos ‘Armandoooo’, ‘Armandoooo’ gritaban a coro unos y otros, hasta que se abrió la puerta y apareció Armando Tirado solo vestido con unos calzoncillos rayados que le llegaban casi a las rodillas huesudas.

“Salte aquí abajo del árbol nos urge platicar contigo”, dijo ‘goyo’ Becerra.

Cuando le explicaron que faltaba una firma para completar las cinco que se necesitaban para constituir al STIRTT, Armando Tirado expresó a Héctor Arámbula:

“Ya sabes que estoy contigo en las buenas y las malas, si me corre don Pancho ni modo” y estampó su firma lográndose así la carta de constitución de la sección Los Mochis-El Fuerte-Guasave del STIRTT un sábado 11 de septiembre de 1965. Fue en la noche por la carretera a Topolobampo.

Cuando entrevisté a Armando hace cinco años para que me contara esta crónica, me confesó que no lo encontraban porque esa noche estaba con una ‘amiga’.

“Ni se te ocurra ponerlo así porque me mata la Tere si llega a saber”, me dijo. Nos reímos los dos.

Hace tres años Armando falleció. De los cinco fantásticos solo sobrevive Gregorio Becerra. Ya se nos adelantaron Octavio Ibarra, Héctor Arámbula, Armando Tirado y Alfredo ‘el güero’ Hays que por cierto fue el compositor de la canción “Ausencia” búsquenla en Youtube.

Honor y gloria para sindicalistas como ellos, reconoció el actual Secretario General del STIRTT, Fernando Solís.


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