Crónicas de un periodista… Pancho Ochoa, ícono del empresariado mexicoamericano

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Juan Francisco Ochoa Zazueta nació en Bacayopa, municipio de Choix un lunes 31 de enero de 1944. Sus padres don Enrique Sabino Ochoa y la señora Conchita Zazueta eran originarios de Chihuahua donde se conocieron, tiempo después la familia Zazueta se trasladó a Yecorato, Choix, pero don Enrique dejo Chihuahua para seguir hasta Sinaloa a la que fue su compañera de vida, ambos contrajeron matrimonio el año de 1934 fijando su residencia en un pueblo cercano, Bacayopa, Choix. 

Don Enrique instaló la tienda más grande de la región donde vendía desde herramientas para el cultivo hasta ropa y mercería, quesos, cueros de res, venado y león, medicinas y calzado de la marca ‘ESO’ (Enrique Sabino Ochoa) que le fabricaba sobre pedido una fábrica de León, Guanajuato.

El primer hijo de los Ochoa Zazueta fue Jesús Enrique, lamentablemente falleció a los tres meses de nacido. ‘Fue muerte de cuna’, les dijeron. Doña Conchita tuvo una ligera depresión que Dios supo recompensar ampliamente pues les envió doce hijos. Dios los había premiado.

Los primeros cinco hijos nacieron en Bacayopa: Conchita, Armida, Nelly, Pancho y Laura. Para que los niños pudieran estudiar, los Ochoa Zazueta se mudaron a El Fuerte, pero mantuvieron la casa familiar y el negocio en Bacayopa.

En el ‘Pueblo Mágico’ nacieron Jesús Enrique, Jaime, José, Lupita, Jorge y Alba Inés y la más pequeña de los doce hijos, Celina que vio la primera luz cerquita del rio Petatlán en Guasave, Sinaloa, donde la familia fijo su residencia años después.

Siendo un niño, Pancho Ochoa recorrió a lomo de caballo la sierra madre occidental, desde Bacayopa a Los Tascates, Zarupa y Morelos en el estado de Chihuahua.

Cuando subían a realizar ventas, don Enrique bajaba de la sierra con uno o dos venados a lomo de mula. Los Ochoa inscribieron a sus hijos en el colegio ‘Miguel Hidalgo’ de El Fuerte, cuyo director fue el querido padre José Trujillo. De esa época, Pancho Ochoa recuerda con afecto a ‘el chapo’ García, Ramiro Guerrero, Pancho Ruelas Orrantia, Víctor Duarte,  ‘el kicho’ y Guillermo Serrano, Juan Estrella Reyes, Rodolfo ‘popo’ Zazueta, Héctor Heras, Rafael Zazueta, Efraín Briones, Jaime Félix, los hermanos Miguel, Renato Lira y Rauffel Guerrero entre otros con los que convivía de enero a agosto porque los meses de septiembre a diciembre continuaba los estudios con la inolvidable maestra Magdalena Amparan en Bacayopa, fueron sus compañeros de aula Agustín Ceceña, Rogelio González y Luis Amparan, mientras que Armida Ochoa cultivó una amistad que duraría para siempre con Luz Elvira Estrella Reyes, su compañera de colegio.

Don Enrique Ochoa fundo el cine ‘Tepeyac’ en El Fuerte que estaba por el callejón ’16 de septiembre’ muy cerca de la casa de la familia flores y frente de la casa de la familia de Rafa y Mario Quintero.

En el cine ‘Tepeyac’ don Enrique presento a José Alfredo Jiménez, ‘el charro’ Avitia, Ángel Infante, ‘la Prieta’ Linda, Lucha Villa, Lola Beltrán y José Mojica, entre muchos artistas de la época, Pancho era un niño como todos muy inquieto, pero no se perdía una sola de las canciones que interpretaban los grandes ídolos del cine nacional de esa época.

Destino: Guasave, Sinaloa.

En 1957 don Enrique Ochoa se traslada a Guasave donde instala el hogar de la familia y como un empresario emprendedor, abre una mueblería. Fue al año siguiente que conoce a mi padre Simón Torres, era carpintero y lo invita a trabajar con él.

Entre mi padre y don Enrique nació una amistad que se fortaleció con el compadrazgo, dos de mis siete hermanas fueron bautizadas por don Enrique y doña Conchita y otra de ellas por Armida Ochoa Zazueta.

Don Enrique le pide a mi apá que se vaya con mi madre y mi hermana mayor a la propiedad donde tenía la bodega de la mueblería, en esa pequeña casa de don Enrique Ochoa nació una de mis hermanas y después nací también yo. Don Enrique abrió una sucursal de la mueblería en el campo pesquero El Huitussi que producía en sus aguas los más deliciosos camarones del mundo. Don Enrique y doña Conchita pasaban días en ese campo pesquero.

Derivado de los intensos vientos y las abundantes lluvias con las que el huracán ‘Lane’ azotó las costas de Sinaloa,  el lunes 22 de septiembre de 1958  las aguas del embravecido rio Petatlán se salieron de su cauce provocando una de las inundaciones más grandes de las que se tenga memoria en Guasave, la ciudad prácticamente estaba inmersa en el agua, don Enrique Quiñónez  trasladó a muchas familias que vivían en la rivera del rio hacia los albergues, don Enrique fue uno de los más afectados, casi perdió todos los muebles,  había que volver a empezar, Pancho Ochoa decide abandonar los estudios para trabajar de tiempo completo y ayudar a la familia. 

Ese día ocurrió un milagro en Guasave, junto con las familias que subían desesperadas la escalinata al atrio de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, había un torete y una vaca que huían también de la inundación. Mi madre nos contaba que para sorpresa de todos los que vieron el sorprendente e inaudito hecho, casi al mismo tiempo, la vaca y el torete inclinaron sus patas delanteras frente al portal principal de la iglesia quedando literalmente hincados ante la imagen de la Virgen del Rosario, la multitud después dijo que había sido un milagro que las aguas empezaran a bajar después de tan extraordinario suceso.

Pancho empresario.

De Don Enrique Ochoa, su padre, Pancho heredó el espíritu emprendedor. En sociedad con Jaime Chavira, abrió un taller de hojalatería y pintura que competía con el taller ‘Elizalde’, rentaba tierras para el cultivo de soya y puso una taquería de carnitas que no duro ni la víspera porque como ya Pancho era muy popular en Guasave, los amigos que tenía de sobra, llegaban a comer de ‘fiado’

Cuando cumplió 16 años a Pancho le dio por ser ‘gallero’. Rolando Fonseca era su socio y ayudante. El gallo más famoso de su cuadra era ‘el chincolo’, un pobre gallo sin cola que había comprado pero que salió muy bravo. Les hizo ganar más de diez partidas.

Los amigos guasavenses de Pancho Ochoa en esa época fueron Juan de Dios Meyer Félix, Juan Burgos Pinto, ‘Neto’ Bernal, Adán Ahumada, ‘el cuate’ Terminel, Gonzalo López, ‘Polo’ Castro y ‘el compa trini’ entre otros.

Era la época de oro de la radiodifusora XEGS de don Roque Chávez Castro y los locutores de moda eran Luis Aguilar, Juan Contreras, Marco Polo, Rodolfo del Campo. La Chayito Valdez vendía pan y ya empezaba a cantar en programas de aficionados y Lalo ‘El Gallo’ Elizalde trabajaba de cobrador en la mueblería ‘Hidalgo’ de Los Mochis. El programa más popular de ‘la GS’ era ‘La hora de Los Cervantes de Sinaloa de Leyva’.

Gracias a los gallos, Pancho Ochoa fue a visitar a su hermana Conchita que vivía en Durango, ella le presenta a don Javier Elizondo, ganadero y gallero profesional, Pancho se queda una temporada trabajando con él.

En 1964 Pancho conoce en Guasave a Flérida que apenas había cumplido 16 años, Pancho que tenía 22 años se enamoró perdidamente y el viernes 29 de noviembre de 1968 venciendo la resistencia de la abuela de la jovencita, contrae matrimonio en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, ambos procrearon seis hijos; Juan Francisco, Carlos, Omar, Lizeth, Flery y José.

En 1967 acompañado por su primo Juan Rodolfo Zazueta, Efrén Gil y ‘el Gila’, Pancho se va a Los Ángeles, California donde trabaja de jardinero. 

A fines de septiembre de 1970, Flérida espera su segundo hijo y se regresa a Guasave a casa de don Enrique Ochoa. Pancho mientras tanto trabajaba en una frutería en San Fernando y durante diez días formó parte de un trío musical que tocaba en el restaurante ‘El Sierra’, Pancho hacia la segunda voz y tocaba la guitarra. Todavía tiene estilo musical.

El martes 13 de octubre de 1970 nació Carlos su segundo hijo, Pancho pide permiso en la frutería y regresa a Guasave en la navidad de ese año.

Mientras Pancho preparaba su regreso a Los Ángeles, California, el martes 09 de febrero de 1971, un temblor muy fuerte que provocó la falla de San Andrés, destruyó no solo la frutería sino parte de la ciudad.

El terremoto cimbró desde sus cimientos la ciudad de Los Ángeles, California y cimbró también el destino de Pancho que tiene que quedarse en Guasave dedicado a la agricultura en la siembra de soya y trabajo en la agencia Chevrolet como vendedor de automóviles. 

Para ese año mi padre Simón Torres iba a Chinobampo, El Fuerte a cortar ‘ayales’, los taladraba y los dejaba secar por un tiempo, mientras se secaban iba a Tequila, Jalisco y compraba galones de tequila, regresaba a Guasave y llenaba los ‘ayales’ de tequila y los dejaba reposar como si fuera una cava. Mi padre llego a tener 30 ‘ayales’ llenos de tequila.

Don Enrique Ochoa, don Gonzalo Ruelas, padre de ‘Mina’ Ruelas, dueña del restaurante ‘La Campiña’, ‘El Mayo’ Aguirre y dos amigos más originarios de Chinobampo que vivían en Guasave se reunían una vez por semana a jugar barajas y a degustar el tequila reposado en ‘ayales’, yo tenía once años de edad y fui su cantinero muchas veces.

En la próxima entrega relataré como Pancho Ochoa funda la empresa que llegaría a muchas ciudades del mundo: ‘El Pollo Loco’, pero no puedo omitir mencionarles algo. Aquel niño que nació en el pueblo serrano de Bacayopa municipio de Choix y que se hizo empresario en Guasave, es hoy en día un icono de los empresarios mexicoamericanos en los Estados Unidos.

Pancho Ochoa Zazueta fue parte de la reducida comitiva que acompañó en su primera visita a Washington, D.C. al Gobernador Electo de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda.

En la conferencia virtual que ofreció el mandatario estatal electo este pasado martes, estuvo acompañado por el congresista texano Henry Cuéllar y el sinaloense ‘Pancho’ Ochoa, creador de las franquicias ‘Taco Palenke’ y ‘El Pollo Loco’ en medio de ambos políticos.

La fotografía de portada, corresponde a los doce hijos de don Enrique Ocho y doña Conchita Zazueta es de 1961 en Guasave, Sinaloa. La fotografía la tome de la autobiografía del libro ‘El Pollo Loco’ un regalo que me hizo mi amigo Pancho Ochoa.

La segunda es una fotografía que aquí compartimos, es la visita de Pancho Ochoa a Washington acompañando al Gobernador Electo del Estado de Nuevo León.

«Pancho» Ochoa junto a Samuel Garcia, gobernador electo de Nuevo León en su visita a Washington D.C.

Pancho te encargo mucho a mis ahijados Aníbal, Pavel y Elmer Hernández Castro de Tetaroba, hijos de mis compadres Ciro Hernández que es mi primo y de mi comadre ‘mica’ Castro. Cuídamelos Pancho te lo ruego.

SOS.

Mi amigo Fausto Gastelum, ex comisariado ejidal de Aguacaliente Grande municipio de Choix y amigo de infancia de don Manuel Soto Peña y de su hermano Clemente ‘el virus’.

Fausto andaba feliz porque había completado las dos dosis de la vacuna Pfizer contra Covid-19. Tenía un mes que había sido vacunado cuando se infectó en Los Mochis, solo duro tres días de vida con la bacteria en su cuerpo, falleció en el IMSS de esa ciudad, sus hijos y hermanos lo sepultaron en Aguacaliente Grande, descanse en paz.

La vacuna no basta. Les ruego que nos sigamos cuidando.


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