Crónicas de un periodista… “Simón Gámez, de Choix a la inmortalidad”

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Si me permiten hablar… Simón Gámez llegó a Los Mochis en la década de 1960.

Nacido en Choix, Sinaloa, Simón llego en busca de oportunidades para ayudar a sus padres y sus hermanos tal como lo hizo su paisano José Ángel Espinoza «Ferrusquilla».

Simón era primo de la cantante Beatriz Adriana.

“Arriba Choix, que es la tierra donde se alumbra con ocote”, decía en la radio.

Encontró trabajo en Pepsi Cola como anunciador y fue uno de los primeros carros de sonido en la ciudad. Después entró a la radio que sería una de sus más grandes pasiones. Tuvo el programa «Generoso Norteño» en la radiodifusora XETNT “La 65” de don Roque Chávez Castro donde fue impulsor de los programas de aficionados al canto.

Un lunes 16 de enero de 1970 en la cabina donde se grababan los comerciales de la Radio 65, Simón Gámez llevo a Chayito Valdez para grabarle su primer disco compuesto por cuatro canciones: «Besos y Copas», «Una noche me embriague», «Una sombra» y «Amor que muere»

La grabación se hizo con mariachi. Había nomas dos micrófonos. Chayito no podía equivocarse. De una tirada se aventó todas las canciones, afirmó.

La canción «Besos y Copas» de Chayito Valdez fue un exitazo nacional e internacional gracias al improvisado ingeniero de grabaciones Simón Gámez Acosta.

Simón tenía mucho cariño por Chayito, quien tuvo que vender la máquina de coser de su madre doña María Zacarias de la comunidad de Orba, sindicatura de Bamoa en el municipio de Guasave, para pagar el estudio de grabación. Los músicos no cobraron ni un centavo.

De ese tamaño era el corazón de Simón Gámez quien al terminar de grabar invito a la Chayito y a los músicos a desayunar menudo en una fonda del mercadito Independencia. Así como se llamó su programa de radio 65 «Generoso Norteño», así era Simón Gámez. Un hombre único, irrepetible, un hombre generoso.

En la de década de los 80’s la compañía de discos SIGA que eran las dos primeras letras de su nombre y apellido, que tuvo como principales artistas a «Los Dos de la Sierra» y a «Los Noreños de Mazatlán».

Hoy quiero hacerle un homenaje y al mismo tiempo contar una historia real que viví al lado de ese gran hombre.

En 1995, Alfredo Padilla pidió a Simón Gámez que le ayudara en la campaña del PRI por la Presidencia Municipal de Choix.

“La gente no conocía a Alfredo, el nació en Tabucahui pero se lo llevaron muy chico a Ciudad Obregón”, me confió Simón.

Ya había sido regidor.

“Alfredo jamás vivió en Choix, nadie lo conocía y como compañero locutor yo puse mi automóvil para esa campaña. Lo llevé, lo presenté con la gente, ganó y ya jamás se acordó de mí, ni siquiera un vale de gasolina le merecí”, palabras del propio Simón. 

Les confió que ante tal relato yo estaba abrumado. 

Simón estaba molesto conmigo porque de todos los compañeros locutores al único que Alfredo Padilla había invitado a colaborar con él fue a mí, que ni siquiera lo había ayudado en esa campaña.

Yo fui Director de Comunicación Social en la administración de Padilla, no se equivocó Simón.

Pero tuve que aclararle.

“Simón estoy en contra de mi voluntad trabajando con Alfredo Padilla. Yo hice la campaña del ingeniero Julián Vega en El Fuerte”, hice saber.

Pero Julián un día me dijo: «Licenciado, Padilla me propuso que trabajes también con él en Comunicación Social. Me dijo Alfredo, un poquito que le pague yo y otro poquito que le pagues tú, Agustín se va a hacer rico».

Que a todo dar.

Tuve que aceptar trabajar en Choix porque tuve miedo que Alfredo Padilla Fierro me mal informara con el licenciado Juan S. Millán. 

Debo confesar que Alfredo cumplió su palabra. Me pago muy poquito. Yo ganaba

menos que un policía y viví con el miedo que hablara mal de mi ante mi líder de la CTM y yo quería continuar mi carrera política en la CTM.

Simón estuvo sentido conmigo, él pensó que yo me había beneficiado de la presidencia municipal de Alfredo Padilla Fierro.

“No Simón”, le aclaré.

“A ti Alfredo Padilla no te dio ni gasolina aun y cuando tú lo ayudaste a ganar, a mí me paga una miseria y vivo con el miedo que me mal informe con el licenciado Millán”.

Ya que le aclaré todo, Simón Gámez y yo seguimos siendo los amigos queridos hasta el día de su muerte. Simón está en el paraíso. Los que le negaron gasolina traen un infierno en la tierra.

Deseo de corazón que los que le han ayudado al falso amigo de Simón Gámez que aprendan a conocerlo. Lo peor es que hay algunos ambiciosos ignorantes que lo invitan, lo llevan y lo presumen como un estandarte y hasta lo ondean.

¿No es así tocayo Jesús Valdez? Y no eres el único que apoya a quien tuvo la valentía de querer golpear a la madre de sus hijos.

Hay otros políticos que presumen su amistad.

Simón, sé que sabes lo que estoy compartiendo.

Siempre te vamos a querer y a seguir extrañando. Dios nos pondrá a todos en nuestro lugar.

Carmina Balderrama, yo crecí entre siete hermanas y mi madre fue mujer. ¡¡Estoy contigo en tu lucha!!


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