Crónicas de un periodista… “Viva ‘la buky’ gritaba doña María Jiménez”

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Sin lugar a duda Alicia Montaño y Edwiges ‘la vicky’ Vega abrieron las puertas a las mujeres para participar en la politica Sinaloense.

Vicky Vega Padilla nació en San Ignacio, Sinaloa, aunque su santo patrono es San Ignacio de Loyola, fue con San Mateo Camacho, dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias (LAC) de Sinaloa con quien inició su carrera política en la década de los 70’s siendo una adolescente. 

Eran tiempos en que la LCA auspiciaba una casa para jóvenes estudiantes en Culiacán, todos eran hijos de campesinos de diversas regiones del estado. Ahí llegaron Pablo y Héctor Moreno Cota del Opochi en Sinaloa Municipio, Jesús Enrique Hernández Chávez y otros personajes. Eran unos ‘plebitos’.

Ahí estuvo Vicky luchando para culminar sus estudios de profesora.

Después Mateo la impulsó y entró por la puerta grande a la política, una actividad que en esos años estaba prohibida para las mujeres.

En 1987, Vicky logró la candidatura a la Diputación Federal que comprendía los municipios de Choix, El Fuerte, parte de Ahome y Sinaloa de Leyva.

Como la cabecera del distrito 01 era El Fuerte, la convención distrital para su toma de protesta fue en ‘La Mutualista’ de El Fuerte. Recuerdo que llegó acompañada de Pedro Peña, el sinaloíta que fue su coordinador de campaña y además delegado estatal del PRI.

Doña María Jiménez del campo Esperanza no había logrado ser regidora por la CNC porque Lola Álvarez de Vinaterías la acusaba de ser de otra central campesina ajena al PRI. Lola si llegó al Cabildo.

Doña María exigía el derecho de ‘mama’, pues ella misma contaba que había trabajado en casa del doctor Eduardo Labastida y hasta había sido ‘nana’ del entonces gobernador Francisco Labastida Ochoa cuando era un bebé, aseguraba que hasta le había dado ‘chichi’.

Ni eso le alcanzo para llegar al Cabildo, pero obtuvo a cambio la promesa que ella seguiría en la lista de espera de la CNC.

Tal vez por eso, confiando en esa promesa, llevo al salón tres camiones llenos de mujeres.

La indicación que les dio:

“plebes cuando llegue la candidata griten todas juntas «¡Viva la Buky!» y así lo hicieron cuando la candidata subía los cuatro escalones para entrar al histórico lugar.

Apenado por la inusual porra, Pedro Peña fue y dijo a doña María

“Doña María, es Vicky, no Buky”.

Que ironía del destino.

Ya en plena campaña, en la comunidad de El Mahone en la escuela primaria “Ing. Heriberto Valdez Romero”, cuando aún se podían realizar actos de campaña en escuelas públicas, estaba el profesor Armando Ochoa impartiendo clases.

Llegó la campaña del PRI, mujeres y hombres de la comunidad ocuparon los mesabancos. El profesor era Armandito Ochoa quien le dio la bienvenida a la candidata.

Vicky Vega en plena campaña electoral.

Cuando tocó el turno de leer las peticiones de la comunidad a quien era el presidente del comité de desarrollo, se sonrió nervioso y se cubrió la cara.

“Mi candidata, ya hasta vergüenza me da decirlo porque cada campaña es la misma petición, tenemos la presa ‘Miguel Hidalgo’ a un ladito y no tenemos agua potable”.

La candidata Vicky Vega mientras escuchaba las peticiones escribía. Yo estaba sentado en un mesabanco viendo todo lo que sucedía. Entonces Vicky volteó a verme y con los ojos me hizo una señal. Fui con ella y me dio un papel doblado.

Cuando me senté de nuevo leí el mensaje que decía.

“Que ironía del destino. Tienen la presa por un lado y no tienen agua”.

Yo solo pensé, “ironía del destino no, son chingaderas del sistema”.

Esta anécdota fue en 1987, hoy está peor la gente de los ejidos porque el gobierno actual quitó todos los programas federales.

En un acto de justicia partidaria, doña María Jiménez (qepd) si logró llegar a ser regidora. En honor a la verdad, el PRI si le quedó debiendo al profesor Armandito Ochoa y a Tere su esposa. Los promotores que lograron el éxito de Vicky Vega fuimos: Manuel Sauceda, Luis Lachica, Javier Ayala, Ciro Hernández, Roberto Ayala, Marcos Sánchez, presidente del PRI, Joaquín Ibarra, el profe ‘mudo’ Ayala, el ‘mimí’ Quintero y un servidor Agustín Torres Sotomayor.


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