Crónicas de un periodista… Elmo Armenta renunció a competir con Pedrito Fernández

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Si me permiten hablar… Dedico estos retazos de mi vida a Ernesto Díaz de León «el güero», a doña Conchita, al Claudio Norzagaray, a Amado León, a «la Pipi», al Beny, a Aurora de Cobito, a las huichuris, a  Miguelon, a las Cervantes, a las Yepiz, a  mi amigo Joel Elizalde y a todas las familias del orgulloso  barrio «El Chaleco» de Guasave, que fue el barrio de mi infancia y también el hogar de mi estimadísimo amigo Lalo «El Gallo» Elizalde (qepd).

Elmo Armenta nació en Juan José Ríos, pero desde muy pequeño él y sus dos hermanos mayores se mudaron al barrio «El Chaleco» de Guasave a la casa de sus abuelos el «pa’ güero” y la «marora». 

En la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, siendo un niño, el Elmo formaba parte del coro de la iglesia que atinadamente dirigía Jaime.

Toda la plebada del barrio «El Chaleco» y el callejón Brown, como buenos vecinos convivimos durante nuestra infancia en el atrio de la iglesia y en la plazuela «Miguel Hidalgo”, a unos metros de la casa de Armida Ochoa y Joaquín Camacho, don Miguel Leyson Pérez y doña María de los Ángeles Castro y de la casa de Juan, Silveria y Jesús Burgos Pinto, era pues el Guasave viejo de nuestra infancia.

Tres años después, durante el verano de 1975 yo empezaba a trabajar como programador y grabador de la radiodifusora XEGS de Guasave. Ese trabajo me dio la oportunidad de relacionarme con artistas y con empresarios de la industria discográfica, uno de ellos fue muy amigo mío a pesar de la diferencia de edades; don Nacho Morales y Nora su esposa, dueños de Discos Melody.

La imponente Iglesia de Nuestra Señora del Rosario en Guasave, su explanada, escenario de grabación de muchos grupos musicales.

Entre los artistas que formaban parte del elenco de Discos Melody figuraban; «Los Bukis», Amanda Miguel, Diego Verdaguer, Rigo Tovar y su grupo «Costa Azul», Raúl Rivera, entre otros.

“Nora, hay un muchachito de 12 años en Guasave que tiene una voz privilegiada”, comenté.

Fue en mayo de 1978 estando yo en la Ciudad de México. 

Don Nacho me dijo, “tráelo para hacerle un casting, no tenemos voces infantiles que canten ranchero”.

Cuando regresé a Guasave le propuse a Elmo llevarlo a Discos Melody, afirmé que había grandes posibilidades de que lo firmaran y lo grabaran para lanzarlo a nivel internacional.

Con la bendición de la «Marora» y el «pa’ guero» nos fuimos a la Ciudad de México.

Cuando Nacho y Nora escucharon al Elmo se quedaron sorprendidos con la magnífica voz y los tonos contra altos que dominaba a la perfección.

Cuando termino la demostración o casting llegó Marco Antonio Solís del grupo «Los Bukis», iba a cobrar las regalías de sus canciones. Habían grabado apenas tres discos LP y el máximo vendedor de la compañía ese año había sido Rigo Tovar.

Elmo se quedó en la Ciudad de México porque iban a grabarle un disco, yo me regresé a Guasave satisfecho porque él ya estaba en un lugar del tamaño del talento de su voz.

Ese año de 1978 fue cuando don Roque Chávez Castro y Juan Contreras me ofrecieron la oportunidad de trabajar como locutor en la radiodifusora XEPNK Canal 88 de Los Mochis, Sinaloa que estaba iniciando.

Los días previos a la navidad me fue a buscar Elmo a la casa de mis padres. En verdad me dio mucho gusto verlo, pero lo que me confeso me dejo helado.

Estuvo un mes ensayando 12 canciones con mariachi, iban a lanzarlo a nivel internacional, pero él le dijo a Nacho Morales que no quería cantar rancheras con mariachi, que él quería cantar, pero música balada pop.

Nacho y Nora Morales intentaron convencerlo de mil formas. Tendría un departamento en Ciudad de México con gastos pagados por la compañía además de la promoción en radio y televisión.

“Elmo, como es posible que hayas desaprovechado esa oportunidad, era la única oportunidad de tu vida”, le grité.

“Pues tal vez sí, pero no me gusta la música con mariachi, yo quiero cantar música pop”, me respondió.

“Elmooo Elmo, lo difícil es entrar al medio artístico, lo difícil es conseguir un contrato en una compañía disquera, hubieras grabado con mariachi y después hubieras grabado música pop”, respondí mientras casi me daba de topes contra las paredes de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario.

Elmo ya no regresó a Melody. La compañía ya no lo suplió con otro cantante, pero un empleado desleal vendió ese proyecto a Discos CBS y la empresa trasnacional si lo llevó a cabo. 

En 1979 grabaron a José Martín Cuevas Cobos de Guadalajara, Jalisco al que bautizaron como Pedrito Fernández que se convirtió en un fenómeno de popularidad a nivel internacional con la canción «La niña de la mochila azul». Era el triunfo que Elmo había rechazado.

El destino lo alcanzó.

Elmo Armenta, aquel niño que no quiso grabar un disco con mariachi porque no le gustaban las canciones rancheras, aquel niño que pudo haber sido internacionalmente famoso, es vocalista de la banda «Guasave Musical» cantando las canciones rancheras que un día había rechazado.

En la navidad de 1982 en la posada de los locutores del STIRT en Guasave donde se presentó la banda Guasave Musical lo saludé. Ya Pedrito Fernández era reconocido internacionalmente.

¿Elmo te arrepientes de haber rechazado grabar ese disco? pregunté.

“Si pudiera regresar el tiempo” …me respondió con un suspiro.


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