Por: Agustín Torres Sotomayor
Alma y ‘el tachy’ ya están reunidos con ‘la Ñeca’ Lugo, ambas primas de Luis Lachica, Lalo y Jaine Astorga Hernández.
“Un manotazo duro un golpe dado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal me ha derribado. No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuros, y siento más tu muerte que ninguna. Ando sobre rastrojos de difuntos. Y sin calor de nadie y sin consuelo. Voy de mi corazón a mis asuntos”, poema del poeta español Miguel Hernández.
Fue el miércoles 29 de enero del 2020.
Bajé la escalinata de palacio municipal. Después de 10 administraciones municipales con las que trabajé finalmente me iba, confieso que me sentía despojado sin despojo. En verdad nadie me despojó.
Había ido a Palacio Municipal de El Fuerte a firmar el acta de ‘Entrega-Recepción’ de mi jubilación como Director de Comunicación Social.
Mientras caminaba los pasillos quería esconderme que nadie me viera, caminaba entre los pilastros que sostienen el colonial edificio hasta que llegué a refugiarme a la oficina del Instituto de Catastro de El Fuerte con ‘el tachy’.
Estaba el licenciado Andrés Gerardo Rivera con él, gran amigo. En El Fuerte le decimos con afecto ‘el borrego’.
¡Plebes! les dije, ¡ya me voy! ¡Lo dudo!, me dijo ‘el tachy’. ¿Dónde te firmo? Le expresé. Los tres reíamos. ‘El tachy’ siempre tuvo una sonrisa en su cara.
“Los amenazo”, les dije, “ahorita me voy porque me jubilaron, pero les anuncio que en el 2022 regresaré, entraré por la puerta principal del Palacio a un lado del Presidente Municipal”.
«El tachy» y el licenciado Andrés Gerardo soltaron la risa junto conmigo por la ocurrencia.
Fue la última vez que vi a «el tachy» con vida. Hoy me toca despedirlo a él y a Alma su esposa a la distancia, con mucho dolor.
