Crónicas de un periodista… Reynaldo Serrato, personaje emblemático de Mochicahui

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Por: Agustín Torres Sotomayor

Si me permiten hablar… Hoy comparto retazos de la vida de ‘patato’, hijo legítimo de Reynaldo Pico, esta crónica me la relato el mismo.

Reynaldo Picos Balderrama nacido en El Fuerte Sinaloa. Sus padres biológicos fueron Reynaldo Pico y Silvina Balderrama, tuvieron además otros dos hijos; a Gustavo y a ‘la bacha’

Reynaldo nació en El Fuerte de Montesclaros un sábado 07 febrero de 1925. Su padre fue Reynaldo Pico, primo hermano de Ricardo Pico, el padre de Vicente Picos.

Reynaldo fue un joven enamoradizo, alegre y bailador como todos ‘los Pico’. 

Conoció a Silvina en un baile en la plazuela de El Fuerte. Ella era de Choix, prima hermana de don Roberto Balderrama, dueño del hotel “Santa Anita”.

Reynaldo era de un rancho cercano a El Mahone, a un lado de la presa «Miguel Hidalgo».  Desde esa noche los jóvenes se enamoraron y del baile decidieron hacer vida juntos. Se la robó para decirlo claramente.

El joven Reynaldo Pico era bueno por las buenas, pero un día en un baile le buscaron pleito, tres jóvenes le quisieron poner un cuatro y él les respondió. Reynaldo tuvo que salir de El Fuerte sin avisarle a Silvina. Había hechos de sangre.

Para la familia ya no hubo más futuro, Silvina Balderrama tuvo que trabajar para sacar adelante a sus tres hijos, dio por muerto a Reynaldo Pico.

En esa historia de tragedia llegó a su vida un matrimonio de Mochicahui. Don juan Serrato y la señora Francisca Borboa Torres quienes entablaron amistad. Habían llegado a El Fuerte por cuestiones temporales de negocio en la compra de las cosechas de cacahuate y ajonjolí.

No podían tener hijos y se encariñaron con los tres niños. Pero el pequeño Reynaldo que era el mayor de sus hermanos se los ganó. Los adoptó.

Cuando don Juan Serrato y Silvina Borboa tuvieron que regresar a Mochicahui le pidieron a doña Silvina que les prestara al pequeño Reynaldo y ella aceptó. Así fue como llegó Reynaldo a Mochicahui.

Pero como toda madre extraña, la señora Silvina fue a Mochicahui a recoger a su hijo, pero el niño ya no quiso regresar a El Fuerte. Tenía amiguitos y además tenía el cariño de un padre y una madre. Lloró cuando se lo quiso llevar.

Con todo el dolor de su corazón, la señora Silvina Balderrama dejó al pequeño Reynaldo en Mochicahui. En acuerdo con ella, don Juan Serrato y doña Francisca Borboa (tía de la expresidenta del DIF Gisela Borboa, esposa del ex alcalde Marco Vinicio Galaviz), registraron al pequeño de cinco años como Reynaldo Serrato Borboa.

Atrás quedo Reynaldo Pico, el padre que jamás regresó a El Fuerte.

El joven Reynaldo sufrió la muerte de sus padres de crianza quienes le dejaron en herencia diez hectáreas y algunos terrenos. Pero estaba de nuevo solo. 

Fue en un baile en Jahuara Primero donde andaba con algunos amigos que conoció a una muchacha que era la más bonita del pueblo, Cruz Torres. 

Después de bailar con ella casi toda la noche, le pidió noviazgo. Ella se lo negó. Entonces Reynaldo regreso al día siguiente a Jahuara Primero y se hizo amigo del ‘güero’ Andrés Torres, quien sería su cómplice y luego su cuñado para toda la vida. 

Andrés estimaba a Reynaldo, entonces Cruz ya no pudo negarse. Inició un noviazgo con Reynaldo Serrato Borboa que culmino en el altar de la iglesia de Mochicahui.

Reynaldo Pico y Cruz Torres tuvieron cuatro hijos. Hilda, Juan (en honor al padre que lo crio), Gerardo y Marcia.

Reynaldo fue un padre ejemplar, pero como llevaba en su sangre el apellido Pico, pronto se hizo popular en Mochicahui. Hasta llegó a ocupar varias carteras en la dirigencia del ejido Mochicahui.

Quisiera contarles más historias de este hombre tan extraordinario al que quise mucho porque es el padre de mi compadre Gerardo, pero la verdad confieso que se me hace un nudo en la garganta.

Célebres fueron sus intervenciones en los juegos de beisbol, «que pitcherazo» decía Serrato cuando el equipo de sus amores iba ganando, pero siempre le gritaba al mánager o a los jugadores del equipo contrario.

En la canción «Los dichos de Mochicahui” lo mencionan, búsquenla en Youtube.

Cuando Felipe Serna, ‘el chueco de Mochicahui’, andaba noviando con Marcia su hija, le inventaron el dicho «agárrenlo que va herido»

Un día me platicó su vida. Cuando supe que era primo hermano de Vicente Pico, entre mi compadre Gerardo y yo los reunimos. Ahí hablaron como adultos lo que de niños desconocieron.

El lunes 27 de julio del 2009, pedí a mi compadre Gilberto Vizcarra que me llevara al IMSS para ponerle un escapulario a don Reynaldo. Ahí estaba Hilda su hija. Entre los dos le pusimos el escapulario bendito. A la media hora falleció, estaba sufriendo mucho. 

En cuanto me comunicaron su deceso le hable al «cuñadito» Vicente Pico a quien pedí que estuviera en el velorio en Mochicahui, ahí estuvo acompañando a su primo hermano.

A don Reynaldo sus nietos le decían ‘patato’, para mí siempre será ‘patato’ y estará en mi corazón.

Años después mi compadre, el ingeniero Gerardo Serrato contactó a sus familiares, los hijos de su abuelo Reynaldo Pico.

Cuando se fue de El Fuerte en 1930 se estableció en Guaymas, Sonora, ahí se casó otra vez y tuvo varios hijos. Atrás dejo a El Fuerte, a Silvina Balderrama y a sus tres hijos; Reynaldo, Gustavo y ‘la bacha’.


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